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Los pasados 26 y 27 de Noviembre asistí al Congreso Merkalan organizado por Lanbide. Unas sesiones de trabajo que aunque organizadas en formato virtual, fueron de gran interés.

Unas jornadas que nos permitieron reflexionar a todos los participantes sobre el conjunto de medidas que desde el sector público deben implementarse para dar respuesta a los retos que nos va a imponer la crisis sanitaria provocada por el Covid-19.

Si queremos salir en las mejores condiciones posibles y superar el impacto y los efectos de la pandemia vamos a tener que cambiar muchos de nuestros mecanismos mentales y ello también afecta a las políticas públicas y especialmente a las de empleo. Los efectos de la pandemia, que pueden ser incluso más dramáticos de los que inicialmente nos planteábamos. Vamos a necesitar implementar mejoras de eficiencia y equidad. Nuestro mercado de trabajo ha de ser más flexible y seguro.. Debemos conseguir reducir el % de temporalidad y dejar de estar en los primeros niveles del ranking europeo en desempleo juvenil y en desempleo de larga duración.

Puede parecer muy complicado todo… pero hemos de intentarlo… ¿no?


Y todo ello probablemente supone que debemos de tomar medidas que, aunque puedan parecer contrarias al objetivo final, se han mostrado como válidas en otros entornos.


Necesitamos abrir la mente, hacer el esfuerzo por adaptarnos a las nuevas realidades y/o necesidades y no cerrar los ojos ante ellas. Recordemos que no por obviar una realidad esta deja de existir. Necesitamos crear una sociedad más justa e integrada y que consiga ofrecer oportunidades laborales adecuadas para el mayor número posible de ciudadanos. Y una de las herramientas fundamentales para conseguir este objetivo son las políticas activas de empleo. Unas políticas que, como no puede ser de otra manera, deben de asentarse en un entorno normativo adecuado.

En este sentido y volviendo a las sesiones del congreso quiero destacar las ideas o conceptos formulados en una ponencia con título de “estrategias públicas en materia de empleo” por Valeriano Gomez (ex ministro de trabajo y uno de los mejores especialistas sobre políticas públicas de empleo). A saber:

  1. No hay buenas políticas de empleo sin servicios públicos competentes.
  2. Debemos reducir al mínimo imprescindible los incentivos públicos al empleo.
  3. Necesitamos un mejor conocimiento de la realidad del mercado de trabajo.
  4. Es urgente desarrollar la capacidad y las competencias de los y las profesionales dedicados a la Orientación Profesional.
  5. Hemos de superar las reticencias para incrementar la colaboración entre el sector público y privado. 

Son 5 ideas en las que yo mismo y el conjunto de profesionales que impulsamos la FUNDACION ERGON www.fundacionergon.org nos sentimos plenamente identificados.

Durante la crisis del covid-19 hemos sido capaces de encontrar y poner en marcha alternativas, procesos y soluciones que, en un contexto “normal”, probablemente hubieran comportado muchos años y muchas tensiones sociales. Debemos generar incentivos que eviten el retorno a las situaciones que vivíamos antes de la pandemia, aprovechar las circunstancias para formular cambios que en otros contextos hubiesen sido imposibles de plantear, y, resulta  imperativo que asumamos y aceptemos los cambios que nos permitirán afrontar mejor la nueva normalidad. 

Cambios que, en materia de políticas públicas de empleo, exigen olvidar los debates estériles y centrarnos en lo realmente importante.