Tiempo de lectura: 3 minutos

Acabo de incorporarme a mi nuevo puesto. Me costó mucho dar el paso y no puedo fracasar. La compañía me interesa y voy a ser padre por segunda vez en los próximos meses. ¿Cómo puedo hacerme imprescindible? Javier S. (Madrid)

Hay quien se atreve a formular la hipótesis de que en realidad el proceso de selección se inicia, de verdad, en el momento en el que un candidato se incorpora al puesto. Alguien lo ha expresado con la frase “una vez te incorporas a tu nuevo puesto es cuando empieza de verdad el proceso de selección”.

Dicho esto he utilizado el concepto “imprescindible” porque tú lo usas en tu consulta pero debo decirte, como por otra parte ya sabes, que no hay nadie, hoy imprescindible en ningún sitio y que, en todo caso, el nivel de prescindibilidad se desarrolla exponencialmente cuanto más elevada está la posición que uno ocupa dentro de un organigrama. En otras palabras es mucho más prescindible, probablemente, el primer ejecutivo de una compañía que…. el vigilante de seguridad.

Por otra parte mientras estoy convencido que es posible encontrar en la red muchos contenidos y orientaciones sobre el proceso de búsqueda, el curriculum, la entrevista etc (yo mismo cometo este mismo error en esta sección, aunque en este caso esté debido a las consultas que me formuláis los profesionales como tu) el número de contenidos sobre lo que hacer o no hacer cuando uno se encuentra ya en su nueva posición disminuyen sustancialmente. No te olvides de lo que he afirmado en el primer párrafo.


Finalmente el proceso de selección se realiza constatando cuál es la actividad y la actitud del candidato en su puesto. 


Javier, no debes de ser como muchos candidatos que erróneamente piensan que con las habilidades y competencias de las que disponen y que han mostrado en el proceso es suficiente para adaptarse y consolidarse en la nueva posición. Los riesgos son claros y evidentes… ¿no?…. tú mismo los señalas en tu consulta.

Aunque no existen estadísticas creo que no cometo ningún error cuando afirmo que 1 de cada 4 procesos de consolidación no finalizan positivamente aunque muchos de ellos no concluyan con la pérdida del puesto por parte del candidato. Las causas son diversas pero todas ellas se relacionan, de alguna manera, con los errores cometidos por la empresa en la selección y la incorporación al puesto, pero también por errores cometidos por los candidatos como: expectativas fuera de contexto o los errores en la forma de actuar.

Dicho todo esto he aquí algunas recomendaciones complementarias a las que ya he señalado en otras respuestas a cuestiones similares en mi blog:

Intenta detectar lo más rápidamente posible, lo que se espera de ti. Es un problema bastante común el no tener claro dónde empieza y dónde acaba tu tarea. ¿Qué papel tenemos en la empresa? ¿Qué se espera de nosotros? Te recomiendo empezar por lo más fácil, por lo que se te de mejor y por lo que tiene que ver con tu rol. Observa y pregunta.

Adáptate lo más rápidamente posible a la cultura empresarial: esta puede ser  la fase más complicada o la más sencilla dependiendo de la organización en la que nos encontremos y de nuestras habilidades a la hora de socializarnos. Tu objetivo como candidato es el de que cuanto antes mejor te identifiquen como “Uno de los nuestros», lo que significa que hayas hecho tuya la cultura, valores, creencias y intentes hablar el mismo idioma que tu nueva organización.

No te obsesiones. Conseguirás tus objetivos fundamentalmente si has sido coherente y objetivo en el proceso de selección y has evitado hacer crecer a tu nueva organización que tenías las competencias y las capacidades que no tienes.

Por lo demás lo fundamental es que no pretendas convertirte en imprescindible porque nadie lo es ¿verdad? Todos somos sustituibles. Hacerse el imprescindible es, cuando menos, poco inteligente si quieres progresar y además puede llegar, incluso, a ser absurdo.

Te deseo mucha suerte. Un abrazo