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Hace unos pocos días en un post que he escrito sobre la “nueva normalidad” basándome en unas reflexiones publicadas en THE ECONOMIST terminaba mis reflexiones recordando el mensaje de final del año pasado.

Un mensaje publicado antes del inicio del conflicto bélico en Ucraína y centrado en la idea que, una vez superada la pandemia y sus efectos era el momento de «empezar a encontrar nuevos caminos». Y es claro que no me refería a los de carácter bélico.

Basándome en las reflexiones de este reputado semanario internacional, en el post La nueva normalidad para The Economist – Pau Hortal  formulo el mensaje siguiente: «La conclusión final del informe es positiva. A pesar de todos los problemas con los que nos enfrentamos el resultado final será el de un nuevo renacimiento». Que argumentaba con critirios como: la presencia de nuevos valores que terminaban provocando cambios radicales en los hábitos de consumo. la idea de que todo va a lo natural y a lo saludable y que la atención al medio ambiente y el reciclaje se convertirián en una nueva regla de oro. 

Y el resultado final es…… Por primera vez en la historia de mis felicitaciones digitales, iniciada en 2003, y consolidada a partir del 2008 con la puesta en marcha de este blog, vivimos un conflicto bélico diferente a los que hemos sufrido en las últimas décadas. Un conflicto que es diferente en la medida que podría desencadenar si «todo se fuera de control» un riesgo real para el futuro de la especie humana.


Desde 2003 hay pasado 20 años. Han cambiado muchas, muchas cosas, pero en lo fundamental es probable que sigamos casi igual…


Recuerdo la frase de final del año 2010, metidos de lleno en plena crisis económica. Mis deseos son “que todos/as encontremos (lo que) precisemos para seguir con nuestro recorrido vital, sepamos superar las circunstancias adversas en las que nos toca vivir, tengamos la capacidad para exigir a nuestros dirigentes que impulsen los cambios que debemos, (poner en marcha). seamos exigentes con nosotros mismos porque somos los primeros responsables de lo que nos ocurre y, por último, nos impliquemos de verdad en la construcción de un mundo mejor para las generaciones futuras”.

Esperemos que, el futuro no sea tan negro como muchos imaginan y que una vez más se cumpla la máxima de que:

¡Al final siempre gana la luz sobre la oscuridad!