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Como afirmaba en el post publicado el pasado 24/12 parece que sólo hacemos que dar pasos atrás.

Dicen que con la edad el ser humano tiende a mirar más al pasado que al futuro (y cierto es que ya tengo algunos años más que que cuando inicié el envio de mis «frases o reflexiones» de fin de año). Aunque os juro que en mí no encontraréis, creo, a una persona concentrada en el pasado. De hecho, a pesar del tiempo transcurrido y de que la edad no perdona, sigo profesionalmente activo (y de hecho 2023 será una fecha importante en mi trayectoria vital y profesional). Las tres iniciativas en las que hoy estoy involucrado (dos de ellas inimaginables en 2010) son  ejemplos que ratifican la afirmación precedente. 


Si queremos sobrevivir y prosperar en esta era de incertidumbres de toda índole, tendremos que aprender a superar las dificultades, y afrontar con seriedad y rigor los riesgos que tenemos por delante, empezando por los efectos del cambio climático. 


Aunque acabamos de superar con éxito una de las crisis más importantes de nuestra generación (la pandemia del covid-19), y todos sentimos la presión por el retorno a la normalidad anterior, tenemos que tener el convencimiento de que no podemos volver atrás. Primero porqué es imposible y en segundo término porqué muchos de los comportamientos de esa normalidad no aseguraban, ni mucho menos, la capacidad para afrontar rl futuro.  A pesar de que estemos programados mentalmente para responder a corto plazo estamos obligados, aunque el momento no sea el más favorable, a perfeccionar nuestras habilidades críticas y analíticas, y desarrollar una mayor capacidad de anticipación, adaptación y resilencia. 

Esperemos que, el futuro no sea tan negro como muchos imaginan y que 2023 suponga el primer paso para, aunque sea repetirme en la frase final utilizada en 2010construir entre todos y todas, un mundo mejor para las generaciones futuras”. Lo que exige trabajar para…..

¡Que la luz consiga, finalmente, superar a la oscuridad!