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Aunque estemos todavía en la última semana de Agosto es evidente que todos estamos ya más pensando en lo que nos viene encima que por lo que acabamos de vivir este verano, que sin ninguna duda, será recordado por el proceso electoral que vivimos a finales del mes pasado y por sus resultados.

Con independencia del impacto que los resultados que este proceso va a producir en nuestras vidas, cara a los próximos años, creo que es conveniente iniciar «el curso» con algunas reflexiones de carácter general que intentaré ir revisando, modificando y adaptando en los próximos años. He aquí un breve listado de 10 ideas/conceptos que sí o si deberían formar parte del debate: 

  • Vamos a un mundo mucho más complejo con muchos cambios. En la ética, en las normas, nuevos modelos de relación, de actividad, de empleo, de familia. Nos sobran perjuicios y nos falta valentía. Un mundo en el que coexisten tensiones hacia el futuro y otras hacia el pasado, (en este caso producidas por el impacto de la guerra en el este de Europa).
  • Tendríamos que empezar por enfocar el problema desde un planteamiento de humildad. No sabemos cómo será el futuro, aunque si percibimos que no será igual a lo que hemos vivido hasta momento. Debemos aprender a romper las dinámicas entre los conceptos del pasado y los retos del futuro.
  • Las cosas cambian y seguirán cambiando en el próximo futuro. No podemos seguir manteniendo los conceptos y criterios de hoy ni darles el mismo significado. Tenemos que tomar consciencia de que necesitamos desarrollar nuevos conceptos para afrontar las nuevas realidades. A título de ejemplo: Empleo/Trabajo, Formación/Aprendizaje.
  • Deberíamos ser capaces de afrontar y enfrentar a los populismos con la realidad. No podemos ni debemos dejarnos superar por la apatía. Aunque el progreso siempre es el resultado de dos pasos adelante y uno atrás deberíamos de ser capaces de construir entre todos una gobernanza global.  
  • Vivimos un momento dual. Por una parte, estamos mucho mejor en términos de desarrollo económico social que hace tan sólo medio siglo pero al mismo tiempo las desigualdades sociales se están incrementando a un ritmo a veces impensable e incomprensible.
  • Esta dualidad aplica a muchos elementos y también al mundo del trabajo. Mientras empezamos a ser conscientes de que vamos a tener que convivir con un desempleo estructural permanente, todos somos conscientes de que hay muchas vacantes/oportunidades laborales/empleos que no pueden ser cubiertos por la falta de candidatos que tengan los perfiles y las competencias adecuadas. 
  • El debate de donde aprendemos y como aprendemos hay que llevarlo a la sociedad. Debemos cambiar las dinámicas de los procesos de formación y aprendizaje tomando en cuenta que éstos son los elementos esenciales de la empleabilidad.
  • Estamos tomando consciencia de las aportaciones pero también de los límites que nos plantea el desarrollo tecnológico. Hoy vemos como la tecnología puede ser usada incorrectamente o con objetivos perversos. Sin embargo, ni el mal uso puede ser la base para frenar su desarrollo. Debemos aprender y facilitar instrumentos para el buen uso de la tecnología.
  • La capacidad de pensamiento crítico que tenemos los seres humanos es fundamental para resolver los problemas con los que nos enfrentamos, tanto a nivel global/estructural como individual. Deberíamos ser capaces de desarrollar mejores anticuerpos para combatir la desinformación.
  • Tenemos que seguir teniendo esperanza. Esperanza en nuestras propias capacidades para finalmente y a pesar de todo ser capaces de construir un mundo mejor para las próximas generaciones.