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Tengo miedo a perder oportunidades si no soy capaz de dar una imagen sólida y unas referencias profesionales potentes. ¿Me puede dar algunas orientaciones? Juan B……. (Barcelona)

Es muy probable que a lo largo del proceso de selección y antes de tomar una decisión definitiva de contratación, la empresa o intermediario quiera contrastar la información e impresiones recabadas sobre ti, con referencias profesionales que tú mismo deberás, en muchos casos, proporcionar. Por tanto antes de empezar tu proceso de búsqueda es adecuado preparar y controlar tus referencias profesionales.

Debes elegir preferentemente a 3-5 personas que te han conocido en un pasado reciente más que en los primeros años de tu vida profesional. El valor de la referencia se devalúa con el paso del tiempo. Debes incluir a tu antiguo jefe entre ellas si estás en una posición “out”, aunque sientas recelo, rechazo o falta de confianza hacia él.

Recuerda que, aunque tu jefe haya participado en tu despido, no quiere decir que quiera entorpecer, ni mucho menos, tu búsqueda de un nuevo empleo. Además, resulta que cuanto más intentes ocultar a tu ex-jefe como referencia, más impulsado se sentirá tu empleador potencial a pedirte información y es posible que inicie un contacto sin que tú hayas preparado el terreno.

Puedes elegir tus otras referencias entre personas que pertenecían a tu misma empresa (compañeros, personas con un puesto similar al tuyo) o personas externas a la empresa (clientes, proveedores, banqueros, consultores…). Es aconsejable mezclar estos dos tipos de personas y no es indispensable que todas sigan en activo.

Tú quieres que tus referencias refuercen al futuro empleador en su decisión, por lo que tienes que ayudar a cada persona elegida a preparar lo que dirá sobre ti. Por tanto en primer lugar debes de obtener el consentimiento de la persona para actuar como referencia profesional. De esta manera, no le cogerá por sorpresa una llamada telefónica o un contacto inesperado. Recuerda que incluso la persona responsable de tu marcha, aunque fuese por motivos muy personales, no pretenderá complicar tu búsqueda. Por mucho que te cueste iniciar este contacto, hazlo.

Una vez conseguido el consentimiento, no dudes en orientar a tus referencias en cuanto a los siguientes puntos:

  • Credibilidad: Recuérdale el tiempo que hace que os conocéis y el contexto de vuestra relación.
  • Objetivos profesionales – exponle los objetivos que persigues, argumentándolos.
  • Puntos fuertes – parte de tu argumento es una exposición de tus puntos fuertes (aptitudes, conocimientos, logros, contribuciones).
  • Características personales – que tú “venderás”: qué tipo de persona eres, tus aspectos positivos relacionados con el trabajo, tu estilo de dirección y de relación con los demás, tu integridad, etc.
  • Puntos débiles – eligiendo los menos perjudiciales para ti.
  • Las razones de la perdida de tu anterior empleo – primero tendrás que llegar a un acuerdo sobre la historia oficial para que ni tú ni la empresa quedéis perjudicados. Pon a punto la versión que mejor se ajuste a tu situación: supresión de puesto, reestructuración, cambio de orientación, divergencia de estrategia, etc.

Por último es básico debes alimentar tu cartera de referencias. Esto implica mantenerlas informadas (sin aburrir) con cierta regularidad sobre el desarrollo de tu campaña de búsqueda. Las personas que figuran entre tus referencias son por otra parte los primeros eslabones de tu red de contactos.