Tiempo de lectura: 3 minutos

Todo iba sobre ruedas. No tenía previsto un cambio pero tras la insistencia de un HH acepte participar en un proceso de selección. ¡No sé qué hacer! He sido escogido pero creo que me equivoco si acepto la oferta.  ¿Qué puedo o debo hacer? Pol P (Barcelona)

Muchos profesionales se dan cuenta, dos, tres o seis meses después del cambio que su decisión fue errónea. La realidad no se adecua a las expectativas, se leyó sólo la información positiva recibida en el proceso de selección, no existe “feeling” con el jefe.

Estas son situaciones que de alguna manera se pueden prever si se toman algunas precauciones en el proceso, en otras palabras si consigues tener la cabeza fría y gestionar en tu favor la decisión que finalmente vayas a tomar en el caso de que seas el candidato escogido.

He aquí alguna de ellas:

Analiza la situación con calma. Sí, es cierto que probablemente es el tipo de oferta que estabas esperando desde hace tiempo. Las condiciones contractuales son excelentes, las expectativas de desarrollo son muy buenas y al mismo tiempo ya te consideras “muy visto” en su actual organización.  Sin embargo, antes de tomar una decisión de la que después puedas arrepentirte conviene hacerse y contestar objetivamente a toda una serie de preguntas: ¿Por qué quiero realmente cambiar?, ¿Cubre la oferta estas expectativas?, ¿Realmente, he conseguido resultados en mi actual posición? ¿Qué posibilidades de desarrollo tengo en mi actual organización? ¿Estaré dispuesto a no plantearme un nuevo cambio hasta que no haya tenido éxito en mi nuevo puesto? ¿Existe algún elemento, (movilidad, nueva función, responsabilidades, etc) que suponga alguna modificación en la situación personal?

Pregunta y obtén toda la información posible. Y sobre todas ellas hay una cuestión clave. Pregunta a tu nuevo jefe los motivos por los que le hace la oferta. Si su respuesta no te satisface o simplemente no coincide con tu propia visión te aconsejamos que la rechaces. Y ¿cuál es la razón para ello?, exactamente esta misma, ¿qué te parece? Al mismo tiempo consulta con tu entorno familiar, con su propia red de contactos. Puedes hacer la pregunta “¿y tú qué harías si estuvieras en mi lugar?, pero recuerda que sólo tú puedes tomar la decisión definitiva.

Se “duro” en el proceso de negociación. De entrada se supone que eres un profesional que vas a tomar una decisión tan importante como la de cambiar de empleo por lo que es lógico que tomes todas las precauciones. Adoptar una posición precavida será una prueba más de su madurez y de su competencia profesional. Es lógico por tanto que pidas un compromiso por escrito confirmando todas las condiciones pactadas, que quiera conocer a las personas que van a formar su entorno laboral, etc. Sin embargo se consciente de que hay un límite aunque le podemos asegurar que si usted no lo traspasa esta actitud le confirmará ante los ojos de su nuevo jefe/organización como el candidato ideal para el puesto.

Una vez dicho sí, la decisión es irrevocable. Una vez terminados los pasos anteriores es el momento de comunicar a tu propio jefe la decisión que acabas de tomar. No te preocupes, ahora sí que tendrá todo el tiempo del mundo para ti. Sé lo más objetivo posible al indicarle las razones que te han llevado a desear abandonar su empresa y a aceptar la oferta. Estamos convencidos de que éste comprenderá y atenderá tus  razones aunque te aconsejamos que no le des la oportunidad de hacerte una contraoferta. Tú no puedes escucharla. Ha pasado el momento.

Sin prisas pero prepárate para un nuevo cambio. Somos muchos los que pensamos que gestionar hoy correctamente una carrera profesional implica tener las características del emprendedor, tener fe en las propias posibilidades, una actitud siempre positiva y la motivación adecuada. Es cierto, aunque estés en un gran momento en tu carrera profesional y recibas nuevas ofertas de forma continuada, debes de ser consciente de que más adelante muchos cambios y muy rápidos pueden verse de manera muy distinta a como se ven hoy. Por tanto ten en cuenta que estás obligado a no escuchar nuevas ofertas hasta transcurrido como mínimo dos años, y que tu objetivo en este tiempo es el de consolidarse en tu nueva posición y dedicarte a cumplir los objetivos que tú y tu nueva organización os habréis marcado.

Con estas consideraciones y un poco de suerte habrás dado un paso más en el desarrollo de tu trayectoria.