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Creo ser una persona exigente conmigo mismo y con mi desarrollo. Hace unos días sin embargo en una entrevista un seleccionador me puso en un aprieto. No fui capaz de contestarle adecuadamente ni quien era, ni dónde quería llegar. ¿Qué orientaciones me puede facilitar? Pol Lopez (Barcelona)

Aunque intentemos movernos en situaciones «bajo control» a menudo nos enfrentamos ante situaciones inesperadas.  Y ello al margen que nosotros mismos nos presionemos para ser los mejores profesionales, deportistas, crear nuestra propia empresa, ganar mucho dinero. Por ello creo que, a menudo, resulta adecuado pararse a reflexionar y entender bien donde estamos, el porqué de lo que hacemos y donde queremos llegar. Aunque sólo sea por conseguir un nivel mínimo de autosatisfacción cuando nos enfrentemos a una entrevista de selección.

Para ello al margen de que encontraras muchos contenidos de interés en este bloque de mi blog lo que te propongo es que, evitando el autoengaño, intentes contestarte objetivamente a las preguntas siguientes:

  • ¿Quién soy?
  • ¿Qué quiero?
  • ¿Hacia dónde voy?
  • ¿He definido unos objetivos alcanzables?
  • ¿Tengo las competencias necesarias para alcanzarlos?
  • ¿Qué estoy dispuesto a hacer/renunciar para conseguirlos?

Un ejercicio que te aconsejo hagas escribiendo las respuestas y poniéndote ante el espejo y contestándote a ti mismo…. o utilizando alguno de los consultores/coaches que puedes tener a tu alcance. Dicho esto es bueno que consideres que no todos servimos para lo mismo y que la felicidad o el éxito (como por otra parte constatamos diariamente) pueden alcanzarse por diversos y variados caminos.

Todos somos de alguna manera necesarios. Las personas tenemos distintas formas de ser y hacer, y es eso lo que nos diferencia del resto, y las capacidades de un individuo en un área pueden resaltar ante la de otro individuo en esa misma área pero no en otra, y así sucesivamente; por lo que, cuando somos capaces de reconocer lo que somos (profesionales, directivos, artistas, emprendedores), y lo hacemos de una forma objetiva, sin autoengaños, somos capaces de ser felices y de entender cómo somos y qué debemos hacer para crecer en nuestra área de crecimiento posible. 

Todos somos necesarios e importantes en la cadena social y económica; desde el líder que mueve las masas y motiva a su equipo hasta el mensajero que lleva el mensaje, ya que si éste último no lo transmite correctamente se puede tergiversar y realizar un mal trabajo, perder dinero o hasta perder una batalla.

Pol espero haberte aportado algún valor.


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