Tiempo de lectura: 3 minutos

Para evitar equivocarse hay que tomarse las cosas con calma que no es lo mismo que no asumir riesgos.

Muchos profesionales se dan cuenta, dos, tres o seis meses después de cambiar de empleo del error cometido en su decisión de cambio. La realidad no se adecua a las expectativas, se leyó sólo la información positiva recibida en el proceso de selección, no se ha creado una buena relación/feeling con el jefe, etc. Todas estas son situaciones que de alguna manera se pueden preveer si se toman algunas precauciones en el proceso. He aquí alguna de ellas:

Analiza con calma la situación:

Sí, es cierto que es el tipo de oferta que estabas esperando desde hace tiempo. Las condiciones contractuales son excelentes, las expectativas de desarrollo son muy buenas y al mismo tiempo ya te consideras “muy visto” en su actual organización, o simplemente te encuentras sin empleo. Sin embargo, antes de tomar una decisión de la que después puedas arrepentirte conviene hacerse y contestar objetivamente a toda una serie de preguntas.

  • ¿Por qué quiero realmente cambiar?, ¿Cubre la oferta estas espectativas?
  • ¿He cubierto mis objetivos y conseguido resultados en mi actual posición?
  • ¿Qué posibilidades de desarrollo tengo en mi actual organización?
  • ¿Existe algún elemento (movilidad, nueva función, responsabilidades, etc) que suponga alguna modificación en mi situación personal?, etc.

No te dejes nada en el tintero:

Y sobre todas ellas hay una cuestión clave. Pregunta a tu nuevo jefe sobre los motivos por los que te hace la oferta. Si su respuesta no es convincente para ti ya sabes lo que debes de hacer. Y, ¿cúal puede ser tu razón para ello?, exactamente esta misma, ¿qué te parece?. Al mismo tiempo consulta con tu entorno familiar, con tu red de contactos. Sin embargo nunca jamás hagas la pregunta “¿y tú que harías si estuvieras en mi lugar?. Esta pregunta sólo puede o debe ser contestada por uno mismo.,

Infórmate:

Muchas decisiones erróneas se toman como consecuencia de no haber investigado a fondo el nuevo entorno profesional. Si ya sé que a veces es muy difícil obtener esta información pero seguro que sí puedes obtener la información relevante o en todo caso clave para tomar la decisión final. Piensa que esta información te será de gran utilidad para, una vez aceptada la oferta, consolidarse con éxito en la nueva posición.

Se “exigente” en el proceso de negociación:

Se supone que eres un profesional que va a tomar una decisión tan importante como la de cambiar de empleo por lo que es lógico que tomes todas las precauciones. Adoptar una posición precavida será una prueba más de tu madurez y de su competencia profesional…. Pero no te pases. Es lógico por tanto que pidas un compromiso por escrito confirmando todas las condiciones pactadas, que quieras conocer a las personas que van a formar su entorno laboral, etc. Sin embargo, se consciente de que hay un límite aunque te podemos asegurar que no lo traspasas esta actitud te confirmará ante los ojos de tu nuevo jefe/organización como el candidato ideal para el puesto.

Una vez dicho sí, la decisión es irrevocable:

Una vez terminados los pasos anteriores es el momento de comunicar a tu propio jefe su decisión. No te preocupes, ahora sí que tendrá todo el tiempo del mundo para ti. Transmítele objetivamente las razones que te han motivado a desear abandonar su empresa y a aceptar la oferta. Estamos convencidos de que éste comprenderá y atenderá tus razones aunque te aconsejamos que no le des la oportunidad de hacerte una contraoferta. No puedes ni escucharla, ha pasado el momento.

Prepárate para un nuevo cambio:

Somos muchos los que pensamos que gestionar hoy correctamente una carrera profesional implica tener las características del emprendedor: Automotivación, Curosidad, Acttiud postiva, Fé en ti mimso. Aunque estés en un gran momento en tu carrera profesional y recibas nuevas ofertas de forma continuada, debes ser consciente de que más adelante muchos cambios y muy rápidos pueden verse de manera muy distinta a como se ven hoy. Por tanto (salvo que tengas menos de 35 años y estés en las fases iniciales de tu trayectoria) tiene la obligación de no escuchar nuevas ofertas hasta transcurrido como mínimo dos años, y que tu objetivo fundamental en este tiempo es el de dedicarte a obtener el éxito en tu nueva empresa/puesto.