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Es posible que estemos en un buen momento económico y que hayamos sido capaces de disminuir sustancialmente los niveles de desempleo aunque tengamos muchas dudas sobre la «calidad” del empleo que estamos creando.

Es igualmente posible que muchos de los nuevos empleados simplemente están siendo contratados a tiempo parcial o con niveles salariales incluso inferiores a los que se compensaba antes de la crisis (hace ya 10 años) a puestos similares. Son posibilidades…… o certezas.  Como una certeza es el hecho de que se ha reducido los niveles de movilidad de nuestros jóvenes, que durante la situación de crisis se vieron impelido a buscar alternativas de empleo fuera del país.

En todo caso la mayoría de los nuevos empleos son de baja cualificación, muchos de los jóvenes inician su trayectoria profesional “fregando platos” o “sirviendo hamburguesas” y no consiguen acceder a puestos de valor añadido relacionados con la formación y la titulación de la que disponen. También podemos constatar que, existe un elevado desfase entre nuestros sistemas educativos y el mercado de trabajo y que muchos jóvenes tienen una visión poco realista del mercado de trabajo.

Una situación que les lleva a menudo a considerar que con un master y un conocimiento más o menos decente de la lengua inglesa van a ser contratados de forma permanente y en puestos de nivel. Y ello es así porque nadie les ha mentalizado y concienciado de que las titulaciones académicas no aseguran la presencia de las habilidades soft (de relación, de resolución de problemas, trabajo en equipo o liderazgo) y que por estar más centrados en las competencias “hard” y en las aptitudes y los conocimientos formales han seguido sin tener en cuenta las necesidades del mercado de trabajo.

Hemos de modificar nuestro modelo educativo y sobre todo hacer lo posible por transmitir a nuestros jóvenes una visión objetiva sobre la realidad de nuestro mercado de trabajo. Hace unos años disponer de un título te aseguraba un lugar y una posición profesional, hoy esto no es así.  Antes las organizaciones buscaban profesionales con formación técnica, hoy se buscan otro tipo de cualidades, y fundamentalmente la capacidad para el aprendizaje y la adaptación a un entorno en cambio permanente.

Dicho todo esto creo que los jóvenes han de evitar: 

Engañarse sobre el nivel de conocimiento de la realidad del mercado de trabajo. Las cosas no son como antes. Las oportunidades y los empleos nacen y desaparecen, sectores despegan o se desinflan, regiones y países que se expanden o se deprimen. ¿Sabes dónde hay recorrido y demanda para una persona de tu perfil? Esta es una pregunta que formulada por los profesionales del reclutamiento a muchos jóvenes no recibe la respuesta adecuada.

No tomar consciencia de las propias capacidades. Exige capacidad para definir aquello que realmente les motiva. Ahora es el momento de soñar, de tomar riesgos. ¿Tienes las capacidades y motivaciones adecuadas para alcanzar este objetivo?. Otra de las cuestiones que no resultan fáciles de responder y que dicen mucho del valor profesional de un joven. Aunque no se tenga, todavía, la experiencia suficiente es necesario, tras una primera experiencia laboral, revisar lo que tenemos: formación, los idiomas, la experiencia y las habilidades que son necesarias. Y si se constatan deficits es el momento de cubrirlos.

No conocer lo que denominamos como técnicas de búsqueda. Aquí está crudo. Millones de puertas a las que llamar: bolsas de empleo, las propias empresas y organizaciones, reclutadores, contactos personales y/o familiares. ¿Eres consciente de que es necesario formarse para encontrar empleo?. La búsqueda es una travesía ardua y poco grata, pero necesaria. Es una actividad profesional como cualquier otra. Conviene aprender a gestionar la frustración y ser conscientes de que sólo con un trabajo sistemático se podrán conseguir resultados.

No ser capaces de dar la mejor versión de sí mismos. Es una consecuencia de los errores anteriores y particularmente de la falta de conocimiento y dominio de las técnicas de búsqueda. Es necesario saber destacar las cualidades y competencias, mostrar motivación positiva, aprovechar las oportunidades y saber mostrarse adecuadamente.

Ser inconstantes en la consecución de sus objetivos. Supone mantener una actitud con una alta motivación para el reciclaje y la actualización permanente. Y tomar consciencia, por ejemplo, de que a veces haya que aceptar posiciones de poca relevancia/valor si estás permiten crecer profesionalmente, aunque convenga también saber cortar a tiempo.

Por último trabajo de buscar trabajo no acaba en el momento de la firma del contrato, ni tan sólo en el momento de la incorporación al puesto. Tienen que ser conscientes de la relevancia del periodo de consolidación.