Es probable que nosotros (los nacidos a partir de los años 50 y 60) tengamos una visión lamentablemente distinta de los hechos ocurridos en la segunda guerra mundial respecto al resto de los europeos de nuestra misma generación.
Nuestros padres vivieron la guerra civil pero tuvieron “la suerte” de no participar en la segunda guerra mundial, salvo aquellos que por distintas razones (exiliados de la guerra civil o combatientes de la división azul). Nosotros hemos tenido la suerte de no tener que vivir un gran conflicto bélico.
El hecho de no haber vivido la segunda guerra mundial no significa que no hayamos sido (tanto nosotros como las generaciones posteriores) beneficiarios del sacrificio realizado por una generación de jóvenes que se vieron inmersos en un conflicto como aquel. Un conflicto en el que el desembarco exitoso en las playas francesas de Normandia (del que recientemente se han celebrado 70 años) fue uno de los hitos más relevantes.
Afirma Jose Ignacio Torreblanca en el país del domingo 8 de Junio. “Dicen que el día D, cuyo 70 aniversario ahora se conmemora fue el día más largo. Pero más larga ha sido la alianza que se fraguó ese día. Eso explica por qué esas cruces blancas perfectamente alineadas en los cementerios de Normandía son tan importantes: lo son porque no solo hablan de los que dejaron su vida allí, sino del compromiso inquebrantable que los que sobrevivieron adquirieron para que aquello no se volviera a repetir. Observando el legado de prosperidad, paz y libertad que esos jóvenes dejaron en nuestro continente puede decirse con toda solemnidad que su sacrificio….. no fue en vano”.
Francamente hay cosas realmente importantes y otras que lo parecen. Cuando estamos viviendo determinados momentos difíciles conviene a menudo poner un poco de perspectiva.
Recordemos no obstante que a pesar de que como otras veces en la historia llegamos tarde y mal o simplemente no estuvimos (algo que parece que es común a nuestro espíritu) si hubo algunos españoles que no estuvieron ausentes y pudieron participar activamente en los hechos que finalmente han generado el proceso de paz (aunque a veces roto por algún hito o conflicto menor más dilatado vivido en Europa en toda su existencia). No es necesario recordar la imagen de los republicamos españoles que formaban parte de la compañía que meses después liberaba la capital de Francia.
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