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En el primero de los posts de esta serie formulo una serie de reflexiones sobre lo que me atrevo a denominar como “el bucle catalán”.

Unas reflexiones que finalizan con la referencia a un artículo de Esther Vera publicado en ARA, en la que analiza las posibles salidas a la situación política planteada tras las elecciones del 23/07  y que concluye con la afirmación de que finalmente va a haber un acuerdo entre las fuerzas de izquierda y las independentistas para garantizar la gobernabilidad del estado.

El Profesor Jesus Fernández Villaverde ha escrito recientemente un excelente análisis sobre el resultado de las citadas elecciones. Publicado en El Confidencial bajo el título “las elecciones del 23-J. Un enfoque analítico” formula la tesis de que el resultado final muestra la “enorme brecha territorial existente entre Cataluña, País Vasco y Navarra, por una parte, y el resto de España, por la otra” Un análisis que refuerza con el argumento de que un cambio relativo entre los votos de las dos fuerzas de derechas hubiera tenido efectos muy reducidos sobre el resultado final, 

En el primero de los artículos de esta serie accesible en Las elecciones del 23-J: un enfoque analítico (I) (elconfidencial.com) distribuye a las diferentes opciones que se han presentado al proceso electoral en tres bloques: derecha, izquierda y territoriales. Creo que es una excelente forma de distinguir entre ellas e incluso me parece muy acertado utilizar el concepto de partidos territoriales, aunque este cambio pueda no gustar a las organizaciones afectadas.

Las tres condiciones que se deben de cumplirse (aunque destaca que con dos de ellas sería suficiente) para que, en base a la actual normativa electoral, el bloque de derechas pueda gobernar tras unas elecciones generales, son -expresadas en una terminología propia- las siguientes:

  • Una crisis económica muy relevante que obligue a un gobierno de las fuerzas de izquierda y territoriales a hacer grandes recortes en el gasto.
  • Un resultado electoral que garantice un mínimo de 15 diputados en las tres Comunidades Autónomas con partidos territoriales. Recordemos que en estas elecciones el resultado ha sido de 12,
  • Unas mayorías muy significativas en las Comunidades de Andalucía y Madrid. Lo que no ha ocurrido en las pasadas elecciones como consecuencia de un efecto de péndulo entre procesos electorales,

Evidentemente estas condiciones no serían necesarias si fuera posible un «gran pacto» entre las dos grandes fuerzas políticas o la reedición del pacto entre las “derechas” y las “organizaciones territoriales” como la que llevó por primera vez al Partido Popular al gobierno del Estado. Dos circunstancias que hoy parecen inviables a corto y medio plazo.

Todo ello me sirve para reiterarme en la figura del “bucle” como excelente imagen que define la situación en las relaciones entre Catalunya y el Estado. También para ofrecer mi visión sobre el resultado final dado que los costes de una repetición electoral actúan como incentivo para pacto entre las fuerzas de izquierda y las territoriales. Una posibilidad reforzada por el acuerdo alcanzado (¡han tenido que pasar más de 40 años!) para permitir que en el Parlamento se haga más visible la diversidad cultural y lingüística en la que vivimos.