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En la edición del mes de Marzo del Ergon_Conversa tuvimos la oportunidad de dialogar con Gerardo Gutiérrez, director general del SEPE y de la próxima Agencia de Empleo con motivo de la aprobación de la Nueva Ley de Empleo.

Un podcast que coordinamos Javier Esteban y yo mismo y que ya tenéis disponible en la web de la FUNDACION ERGON y que está además accesible en las redes sociales. Por ejemplo en el link https://open.spotify.com/episode/4RCgw7dontLRtJnVbgCZSn?si=28bd0b31f89a4dc9

He aquí algunos de los comentarios más relevantes formulados por Gerardo, como siempre organizados y estructurados en base a mis propios criterios personales:

  • «Necesitábamos una nueva norma que facilitase la adaptación a las nuevas realidades de un nuevo mundo laboral en el que nos encontramos, sobre todo ligado a los cambios tecnológicos. La regulación anterior era de hace 20 años»
  • «Hemos acelerado su aprobación porque formaba parte de los compromisos asumidos por nuestro Gobierno en el marco de los Fondos Next Generation»
  • «La estructura del Estado de bienestar del que queremos dotarnos exige la puesta en marcha de un servicio público de orientación y soporte profesional de la misma forma que disponemos de servicios sanitarios y educativos».

La nueva ley intenta afrontar y dar respuesta a tres retos: «El primero: dar un giro a las políticas de empleo para que éstas tengan enfoque en las personas y en las empresas. El segundo tiene que ver con la definición de los servicios garantizados que deben de ser facilitados a los ciudadanos. El tercero: dar respuesta a las necesidades de transformación y digitalización de los servicios para incrementar su eficacia y eficiencia»

El propio Gerardo expone lo que le falta a la nueva norma: «Tenemos un sistema de distribución de competencias muy complejo. Deberíamos de haber dibujado mejor las relaciones entre los diferentes entes públicos que las gestionan. Y también hubiésemos tenido que atar mejor la financiación de los costes de personal dedicado a la función de la orientación.

«Hemos estado trabajando ya en todo este periodo y hemos hecho una valoración del coste unitario de los servicios garantizados. Es decir, hoy sabemos que es de necios confundir valor con precio organizacional. Los hemos valorado en 1.200 millones de € anuales, sin contar, evidentemente los relativos a los procesos formativos. En segundo término, estamos convencidos de la necesidad de evaluar y medir a los propios servicios públicos y a los agentes colaboradores de forma objetiva a través de la puesta en marcha de tres tasas: empleabilidad, intermediación y cobertura».

Concretando estos son los aspectos en los que estamos ya trabajando o deberíamos de trabajar en el futuro:

  1. Rediseñar y establecer un marco competencial y de gestión de los servicios garantizados dando el peso adecuado a las corporaciones locales.
  2. Definir el número y el perfil de los usuarios a los que dar tratamiento prioritario. Hemos de dirigir esfuerzos y recursos respecto a los colectivos que necesitan un apoyo y para ello parece que la idea clave esté en la centrar las actividades en el colectivo que está con nosotros por un periodo de tiempo no inferior a 4 meses.
  3. Dar respuesta a las necesidades de determinados colectivos especiales y la necesidad de arbitrar herramientas de apoyo adecuados.
  4. Atender a las necesidades de las empresas y de las Pymes en particular basándonos en el criterio de que las empresas también son “usuarios” de los servicios ofertados.
  5. Concretar los términos y condiciones en los que debe de formularse el compromiso de actividad.
  6. Dar visibilidad y relevancia a las acciones y al trabajo/actividad que desarrolla el conjunto de Recursos Humanos que integran el Sistema Público de empleo y en los agentes y entidades colaboradoras.
  7. Conocer, organizar y dar soporte al colectivo de profesionales/orientadores laborales sea cual sea la organización para la que prestan servicios.
  8. Poner en marcha las herramientas que nos permitan tener una trazabilidad adecuada de lo que hacemos al objeto de analizar y evaluar las acciones desarrolladas y establecer las medidas correctoras pertinentes.
  9. Articular los mejores mecanismos para facilitar la colaboración público-privada partiendo de la realidad palpable de que hay espacios donde lo público no llega con la capacidad y la rapidez necesaria para dar respuesta a determinadas necesidades.

Por último, «deberíamos tomar consciencia de la relevancia que supone poner a los conceptos de transparencia, eficacia y eficiencia como elementos clave de la gestión».

Desde aqui quiero agradecer a Gerardo su participación en esta iniciativa.

PD… debo de hacer notar que en ningún momento del diálogo se hizo mención a la necesidad de trabajar en el cambio cultural de los colectivos humanos del sistema público de empleo. No deberíamos de perder de vista que los buenos planes, y estrategias fracasan si no conseguimos que las personas hagan el cambio cultural necesario para llevarlas a cabo.