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Mucho se ha escrito, analizado y reflexionado sobre la relación entre azar y el éxito en la carrera/trayectoria  profesional.

Todos conocemos a personas que saben “utilizar” o atrapar en su favor el concepto suerte (yo le llamo saber estar en el lugar adecuado en el momento adecuado). De la misma forma que todos sabemos que a menudo lo que ayuda a prosperar son circunstancias que muchas veces resultan ser independientes del esfuerzo, la capacidad y la motivación para conseguirlos, aunque siempre es bueno que se cumpla aquello de «que la suerte me encuentre trabajando».

Enrique Dans, desde otra perspectiva utiliza el concepto de casualidad en el post titulado “casualidades y carrera profesional” al que podeis acceder en https://www.enriquedans.com/2016/03/casualidades-y-carrera-profesional.html

Escribe Enrique “La historia la he contado ya en numerosas ocasiones, (..) en efecto, de no haber mediado una serie de casualidades entre las que se cuentan un premio de lotería, uno de los primeros virus informáticos o un profesor sumamente convincente, mi idea era intentar dedicarme a una actividad completamente distinta de la que llevo veintiséis años ejerciendo. Ser profesor, dedicarme a la tecnología o vivir en Madrid nunca fueron cosas que estuviesen originalmente en mis planes”.

Estoy plenamente de acuerdo con él y de hecho he escrito en repetidas ocasiones como en http://pauhortal.net/blog/claves-del-futuro-para-el-concepto-de-carrera/ que la aspiración a tenerlo todo controlado en la carrera profesional ni es posible, ni siquiera recomendable, y que incluso puede terminar siendo totalmente contradictoria.

Sigo con las reflexiones de Enrique. “En mi carrera profesional han jugado un papel (vital) la decisión de mi padre de regalarme un ordenador en una época en la que nadie tenía uno, o un profesor que se empeñó en convencerme para que me quedase en su área dando clase. Nada de lo que hoy hago estaba originalmente planificado así: si me hubieses preguntado cuando estaba en mi último año de carrera, te habría dicho que esperaba hacer un MBA, levantar capital y conseguir un préstamo para emprender en cultivos marinos, y vivir tranquilamente en la costa gallega engordando rodaballos. En lugar de eso, y derivado de todas esas casualidades inesperadas y totalmente impredecibles, resulta que soy profesor de Innovación y Tecnología”

Puedes planificar lo que quieras, pero (,…..), Tratar de mantener todas las variables bajo control (tanto en la vida personal como profesional y que decir de lo que ocurre en los otros segmentos vitales: organizativas, políticas etc) resulta completa y probabilísticamente imposible, y ceñirse a determinadas decisiones de manera obsesiva supone perder muchos grados de libertad. Siempre surgen oportunidades, se conocen personas o se desarrollan aspectos inesperados que nos ofrecen resultados impredecibles”.


Voluntad, motivación y esfuerzo son piezas fundamentales. Sin ellas no hay nada. Aunque a menudo se vean influidas por factores claramente provenientes del azar y por tanto impredecibles.


En todo caso a la hora de plantear un esquema de “trayectoria profesional” o analizar un posible cambio no existen -recetas mágicas. No se trata del tamaño de la empresa sino de las características de la tarea, de la cultura de la organización, de las posibilidades de reto y motivación personal. En un mundo en proceso de cambio constante nada puede ser previsto con seguridad absoluta.

Estas “circunstancias” (utilizando la expresión de Enrique) o (saber estar/suerte) no deben ser el único referente en todo caso. Por ello debemos ser conscientes de nuestras propias capacidades y tomar en cuenta las necesidades y motivaciones personales para enfocar con éxito una trayectoria. Es bueno tener una visión y una estrategia aunque también la flexibilidad para modificarla si determinadas “circunstancias” se cruzan en nuestro camino. Los profesionales que trabajan o han trabajado en los ámbitos de la Orientación Profesional, la Recolocación o el Coaching saben que la coherencia y la objetividad en el análisis de las propias capacidades y competencias y tener una cierta visibilidad sobre lo que es posible o no (tomando en cuenta los factores personales y los del entorno) son la base fundamental para conseguir resultados.

Utilizando el ejemplo de Enrique. Recordemos que no se dedicó a las actividades pesqueras pero es evidente que tenía las capacidades, competencias y probablemente la motivación para convertirse en uno de los referentes en el ámbito de la transformación digital en nuestro país.

En todo caso supo aprovechar las casualidades y apropiarse de las circunstancias/suerte.