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«Soy un perfecto ejemplo de lo poco que, a menudo, los conceptos de la carrera (tradicional) se aplican al desarrollo del futuro individual».

Poco tiene que ver mi trabajo actual que puedo definir como de “constructor de carreras profesionales con mi formación (…). Aunque con dos títulos universitarios en el ámbito técnico, no valgo ni para montar un mueble de Ikea»

Sin embargo, creo que mi forma de pensar, mis motivaciones profesionales y el desarrollo final de mi trayectoria profesional tiene mucho que ver con la forma en que la formación recibida moldeó mis estructuras mentales. Puedo llegar a definirme como «ingeniero de palo o simplemente ingeniero de papel y lápiz». Por ello opino que es un error orientar a nuestros jóvenes bajo la perspectiva de que escojan sus estudios basándose únicamente en las probabilidades de ‘salida profesional’, (entre otras cosas porqué quién es capaz de determinar cuáles serán éstas dentro de 5 años). A modo de ejemplo podemos citar lo ocurrido con los licenciados en matemáticas que han pasado en 10 años de tener como única salida profesional la formación a ser hoy uno de los perfiles más demandados.

«Por cierto, algo parecido nos ocurrió a los de mi generación, aunque con circunstancias totalmente diferentes.  ¡Y sí no que se lo digan a los de Arquitectura o algunas Ingenierías en los años 80 y 90!».


No nos equivoquemos. La formación tiene que dirigirse a potenciar las competencias ‘soft’,  y al desarrollo de las fortalezas y la creatividad de los jóvenes.


Otra cosa es el análisis de como se estructure el sistema formativo. Es muy probable que el modelo académico actual no ayude precisamente a ello, pero eso es harina de otro costal o prosa de otro post. Extrapolándolo a todos aquellos que optan por una formación de post grado, es importante que su elección no se base estrictamente en los contenidos y en una teórica demanda sino en cómo este master puede ayudar a optimizar las fortalezas de cada uno. Es por este motivo que muchos nos atrevemos a aconsejar que un master no se haga inmediatamente después de finalizar los estudios de grado sino tras haber tenido una primera experiencia profesional.

Tomemos en cuenta que lo aprendido hoy estará probablemente en desuso en 2/3 años porque habrá habido algún tipo de desarrollado que exigirá nuevos aprendizajes y nuevas competencias. «Quizás porqué ALGUIEN estudió ALGO que le ayudó a pensar y crear ESO nuevo».

Nota: El presente post es un relato basado en una nota escrita en linkedin por Javier Cuesta. Muchas gracias Javier por autorizarme a reflexionar y trabajar sobre ella. Por cierto, aquí tenéis sus referencias: Javier Cuesta. Director Asociado en Page USA. https://www.linkedin.com/in/javicuesta/