Tiempo de lectura: < 1 minuto

¡Creedme! Lo que le resulta más chocante a un profesional de la selección en una entrevista escuchar como respuesta a su pregunta «¿Cuál es tu objetivo profesional?», una respuesta harto vaga del estilo «un puesto adecuado a mi perfil profesional»…

Y da lo mismo que este candidato esté ‘in’ o ‘out’, que haya sido entrevistado como consecuencia de una candidatura espontánea o que haya sido tentado en un proceso formal de búsqueda.

Y un objetivo, no es un «rollo» formado por un conjunto de frases sin sentido.

Un objetivo es algo tan concreto como un puesto/función en un entorno determinado, la respuesta a una determinada necesidad, un lugar o posición concreta en la que aportar tu experiencia profesional o un tipo de compañía.

En definitiva algo que aporta valor e información clara sobre nuestros objetivos de futuro.

Para definir nuestro objetivo profesional, podemos utilizar como guía las cuestiones siguientes:

  • ¿Cuáles son las necesidades que puedo cubrir?
  • ¿Qué tipo de empresa estaría dispuesta a contratarme?
  • ¿Cuál es mi posición competitiva ante el resto de profesionales que podrían optar a este mismo objetivo profesional?
  • ¿Cuáles son las cuestiones que no estoy dispuesto a aceptar: movilidad geográfica, cambio de sector…?

Las claves en la evolución de una carrera profesional son muy diversas. Algunas dependen de uno mismo (nuestras capacidades, aptitudes y actitudes), otras dependen del entorno, (área funcional, sector, tipología de la empresa, tipo de jefatura) y también influye «la suerte», que muchas veces se resume en «saber estar en el lugar apropiado en el momento adecuado».

Estoy convencido, y mi experiencia profesional de los últimos años no ha hecho más que ratificarlo, que un profesional con un objetivo claro y definido –aún estando en situación ‘out’- reduce sustancialmente el tiempo para acceder a una nueva alternativa profesional.

¿Estás conforme con esta afirmación?