Tiempo de lectura: 5 minutos

Aunque no seamos plenamente conscientes estamos obligados a aceptar/convivir/manejar/vivir con nuevas tecnologías que están están modificando sustancialmente nuestros hábitos y comportamientos. 

Aunque no lo percibamos en su dimensión completa convivimos diariamente con un conjunto de herramientas, artilugios y tecnologías que están ahí -formalmente- para hacernos la vida más fácil y conseguir que seamos más eficientes en las actividades que desarrollemos. Pero nos queda, todavía, un largo camino por recorrer ya que se trata, probablemente, de un proceso que no ha hecho nada más que empezar. 

Durante la revolución industrial la automatización se centró básicamente en buscar formas de replicar procesos de manera idéntica, precisa y predecible. Se trataba de elaborar/fabricar de forma cada vez más rápida y más fiable grandes cantidades de productos y servicios. No creo que haga falta poner ejemplos de ello, aunque ha sido un enfoque, que hoy sabemos era/es claramente limitado. La introducción en los procesos industriales o de servicios de algoritmos que replican, analizan el comportamiento humano o simplemente lo anticipan han permitido “establecer procesos de automatización mucho más potentes, (y con mayores probabilidades) de añadir valor. Hace relativamente poco tiempo, separar el spam del correo electrónico era una tarea pesada y manual. Ahora, prácticamente nada escapa al algoritmo, y esta carpeta (no requiere de) supervisión manual. Y como eso, mil cosas más” un argumento que Enrique Dans propone en https://www.enriquedans.com/2017/07/el-hombre-algoritmico.html.

La gran mayoría de las tareas que desarrollamos exigen requerimientos y atributos “que aún son inequívocamente humanos. Pero muchos otros tienen un componente mucho más mecánico y repetitivo (que) podrían beneficiarse claramente de un tratamiento algorítmico” Estamos asistiendo al “desarrollo de algoritmos que nos permitan niveles de automatización muy superiores que los que conocemos hoy (….) y que potenciarán nuestras capacidades al tiempo que liberan tiempo para otras tareas. En muchos casos, cuando los algoritmos y los robots ya puedan hacer nuestro trabajo, nosotros ya estaremos haciendo otros trabajos diferentes, siguiendo un enfoque que, en función de lo ocurrido en épocas anteriores que ya son historia, me parece mucho más adecuado, constructivo y lógico. Cuantos más algoritmos veo, más quiero trabajar con ellos, aplicarlos a mi día a día y sentir que potencian mis capacidades como ser humano”. Una visión que, lamentablemente, genera muchas dudas y que no es compartida por otros muchos.

No nos confundamos. No es lo mismo la tecnología, la robotización y la «inteligencia». Enrique propone un ejemplo en  https://www.enriquedans.com/2017/08/visualizando-el-avance-del-machine-learning.html que desde mi punto de vista es suficientemente revelador. “¿Algo que ver con la idea de robots “inteligentes”? No, un algoritmo que clasifica especies vegetales lleva a cabo una tarea que hasta entonces, solo un humano podía hacer, pero está muy lejos de la inteligencia: simplemente es capaz de llevar a cabo una tarea muy definida en función de una serie de atributos de una muestra» Si lo sacamos del entorno para el que ha sido diseñado no va a servir para mucho. «La inteligencia es otra cosa”.

El mismo Enrique en https://www.enriquedans.com/2017/10/tecnologias-y-futuro.html reflexiona sobre cuáles son las tecnologías que tendrán un mayor impacto en nuestras vidas en un futuro muy cercano. “El ejercicio es interesante, porque cuando una parte importante de tu trabajo es analizar tecnologías y estar pendiente de sus desarrollos, tiendes a ver ese avance como un conjunto heterogéneo de líneas, pero sin realmente detenerte a trazar un mapa de cuáles son los avances que, de alguna manera, tenderías a ver como responsables de más impacto. Obviamente, faltan temáticas y muy posiblemente podríamos discutir la priorización (…) pero creo que, de alguna manera, pueden resumirse razonablemente bien de una manera amplia e inclusiva”. Estas tecnologías se pueden resumir en cuatro elementos: La Inteligencia Artificial/machine learning, la Realidad Virtual, el Blockchain y las nuevas Fuentes de Energía.

Inteligencia Artificial/machine learning

Creo que resulta adecuado seguir con sus reflexiones para que los profanos como yo mismo terminemos comprendiendo por donde va a ir el futuro. El concepto de Inteligencia Artificial “es algo que requiere, para mí, muy poca explicación. (…) Hablamos de un conjunto de tecnologías que estarán (presentes) en todo tipo de procesos desde industriales hasta de servicios, en los vehículos autónomos o en el desarrollo de la genética. Todos los procesos de transformación digital tienen de una u otra manera como objetivo final (…) digitalizarlo todo para ponerlo al servicio de la generación constante y continua de datos, redefinir los procesos internos, y (…) el modelo de negocio en función de las posibilidades que ofrecen esos algoritmos alimentados con los datos de la actividad». No debemos dejar de tomar en cuenta que la Inteligencia Artificial es la que va a producir la eliminación de un gran número de tareas hoy, que hoy conocemos con el concepto de trabajo, e «impactar incluso la manera en la que nos definimos como sociedad dando lugar a modelos redistributivos radicalmente diferentes a los actuales”

Realidad Virtual

Entendemos por Realidad Virtual al conjunto de tecnologías “capaces de modificar nuestro día a día, y de ofrecernos posibilidades que aún no llegamos a imaginar. Más allá de la simple proyección a corta distancia de nuestros ojos de una serie de imágenes que nos permitan la creación de un entorno inmersivo o de una capa superpuesta sobre la realidad, hablamos de la posibilidad de redefinir una buena parte de nuestro trabajo, nuestro ocio, nuestra interacción con la información, el aprendizaje, y una amplísima variedad de tareas más”.

Blockchain

He buscado en la web (recordáis cuando utilizamos los diccionarios y enciclopedias) la definición de Blockchain y lo que he podido encontrar es que este concepto se refiere al conjunto de tecnologías (P2P, sellado de tiempo, criptografía, etc.) capaces de registrar datos y que permitirá, en un futuro muy cercano, que todos los dispositivos compartan y gestionen la misma información utilizando un registro de datos descentralizado y sincronizado. En otras palabras una tecnología que va a eliminar las bases de datos tradicionales, así como todos los intermediarios dedicados actualmente a gestionar información. Esta tecnología nos va a facilitar a todos la posibilidad de compartir la misma información a través de un registro inalterable, transparente y accesible para todos. Para Enrique “la adopción de (esta tecnología en todos los procesos industriales y de servicios supondrá) una fortísima ganancia de agilidad y el cambio en el funcionamiento de muchos mecanismos que hoy damos como imprescindibles, pero que no lo son. (Su impacto) se verá en todas partes, incluyendo (la generación de nuevas) posibilidades para todo el resto de las tecnologías que conocemos”.

Nuevas fuentes de energía.

La última de las tecnologías es la que supone el desarrollo de Nuevas fuentes de energía. El conjunto de alternativas que vamos a tener disponibles en los próximos años (energía solar, eólica, renovables, pilas de hidrógeno) más las mejoras en los procesos de generación y distribución de las energías tradicionales “conforma una amplia panoplia de avances que darán lugar a un entorno de energía abundante, limpia y barata, con todo lo que ello conlleva de revolucionario en un mundo en el que, tradicionalmente, el acceso a la energía ha determinado el mapa económico». Lejos quedará el entorno en el que el control de la energía ha sido la mayor fuente de conflictos, un factor condicionante del desarrollo humano, y nos ha llevado a poner en grave peligro la propia supervivencia del ser humano. Para Enrique, y esperemos que no se equivoque los cambios “en el mapa energético y el aprovechamiento ubicuo de tecnologías de generación limpias será, sin duda, uno de los factores que más impacto tendrá sobre el futuro de la humanidad”.

Probablemente puede haber algunos aspectos que nos resulten incomprensibles o que, simplemente, consideramos forman parte de las mentes de la ciencia ficción. Yo también tengo mis dudas aunque creo que soy capaz de comprender que no nos quedará otra alternativa que aprender a convivir con estas nuevas tecnologías ya que sin alguna de ellas simplemente podemos desaparecer como especie. Una última afirmación de Enrique os ayudará a situaros. “Quien no tenga en su mapa esas cuatro tecnologías, es más que posible que se haya perdido algo, y (seguro que será) algo muy importante”.