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Muchos recordamos los mensajes que se habían lanzado desde instancias gubernamentales sobre el gran periodo de notoriedad y relevancia que España iba a tener coincidiendo con la Presidencia Española de la UE.

Cuando faltan pocas semanas para el cierre de este periodo lo que ha ocurrido es que la presidencia europea se ha convertido en un periodo anodino en donde no solamente no se ha incrementado la visibilidad y la percepción positiva sobre nosotros, sobre nuestra economía, sobre lo que somos, y lo que podemos llegar a ser, sino que nos encontramos con todo lo contrario.

Lo español, lo nuestro, no cuenta para casi nada. No sólo no hemos podido o sabido influir en las grandes decisiones sino que hemos pasado a ser una económica intervenida, por los “mercados” por el “ecofin” por una serie de poderes totalmente ajenos y fuera de nuestro control, en donde las decisiones que tomamos nos vienen dictadas. Es cierto que esto también le ocurre a otros pero no con el mismo grado de desasosiego ni con el mismo nivel de percepción externa como interna.

Probablemente lo único positivo de este periodo es la constatación de que no somos Grecia, (en el sentido de que no hemos “engañado” a los organismos comunitarios, y de que nuestro peso económico es lo suficientemente relevante como para producir un impacto grave para el conjunto de las economías europeas y tambien el el status quo mundial). Lo que nos lleva a la conclusión de que tenemos algun peso, de que somos importantes, pero que como no somos capaces por nosotros mismos las decisiones que debermos de tomar alguien nos las hace escribir al dictado.

Cuando por lo demás se afirma que una de las “salidas” de nuestra economía tiene que fundamentarse en la exportación, lógicamente necesitamos, aparte de productos y una relación euro/dolar favorable, disponer de credibilidad. Y lo siento pero no parece que nuestro presidente ayude en estos momentos a conseguirla.

Durante los ultimos meses de Presidencia Europea hemos hemos podido constatar que los europeos han rechazado todas las iniciativas destacadas que Zapatero ha presentado como presidente de turno, desde sus recetas económicas para afrontar la crisis, hasta otras relacionadas con la relación Europa-EEUU y el conflicto palestino-irsraelí. Igualmente, como por otra parte era de esperar, no formamos parte del núcleo duro de las decisiones en la UE que sólamente se acuerda de nosotros para requerirnos la puesta en marcha de medidas de ajuste que los mercados demandan para conseguir una cierta estabilidad macroeconómica.

Ah y por cierto los datos de la encuesta aparecida hoy en los medios sobre la percepcion sobre los líderes de los grandes partidos, de los que tienen la opción de gobernar, me han puesto una vez más los «pelos de punta». Lo dicho somos y vamos a ser cada vez más una económica intervenida y además en declive.