Sobre el impacto que hoy las redes sociales tienen en el desarrollo de una trayectoria profesional creo francamente que hay ya un acuerdo unánime,
El tipo de presencia, la imagen que transmitimos, los comentarios que incorporamos, etc, resultan ser claves a pesar de que tengamos que reconocer que no le prestamos la atención adecuada.
Después de unos años usando las redes sociales, (y recordemos que nadie nos ha enseñado a usarlas) hemos aprendido que en ellas no conviene mostrar ni decir nada que no le podamos contar o enseñar a nuestra propia madre. Nada de fotos o vídeos subidos de tono, ni comentarios pasados de vueltas u opiniones incendiarias. También tiene sus riesgos exagerar, edulcorar o mentir en las redes sobre lo que somos o hacemos. Y ni qué decir del exceso de información sobre nuestra vida privada, o de los comentarios negativos sobre nuestros entornos profesionales.
Son errores que, sin ninguna duda, pueden impactar en el desarrollo de nuestra trayectoria profesional. Todos, incluidos los reclutadores, rastreamos las redes sociales con objeto de comprobar quiénes son nuestros interlocutores en todos los ámbitos. Hay quien ha llegado incluso a afirmar que la información que aparece en ellas adquiere tanto o más valor que nuestro propio CV o los mensajes que emitimos en nuestras relaciones interpersonales.
La cuestión es si alguna de estas malas prácticas en las redes ha dejado de serlo. Quizá ciertos comportamientos, comentarios, opiniones, actitudes, maneras de ser y de mostrarse, que antes podían resultar ofensivos, rechazables o negativos para nuestra marca personal o nuestras posibilidades de resultar atractivos a un reclutador, ahora son más o menos indiferentes, o incluso puede ser considerados favorables o positivos. Cabe preguntarse incluso si un error puede ser un valor o argumento que llegue a impulsar nuestra trayectoria profesional. En todo caso puede aplicarse la máxima de que caben las excepciones, pero si tomamos en cuenta cuál es la regla general.
La identidad digital no es opcional. Estamos bajo una espiral de interacción sin precedentes, con una constante conectividad y socialización, en el que las barreras entre los ámbitos personales y los profesionales se diluyen. Paula Fernández-Ochoa afirma que hoy “dejamos de tener compartimentos estancos para ser perfiles dinámicos de 360 grados” En la gestión de nuestra trayectoria profesional debemos aprender a tratar adecuadamente los atributos, motivaciones y competencias tanto como cuidamos a los datos identificativos, la formación y los roles desarrollados. «Hemos pasado de un currículo en papel, a cuestionarnos si estar o no en redes sociales, a compartir contenido estrictamente profesional y, ahora, a transmitir con autenticidad lo que somos desde un prisma más completo. La clave está en hacerlo de forma estratégica, gestionando correctamente nuestra marca personal, y utilizando los canales y las redes adecuadas».
Guillem Recolons, propone que «la filosofía de la discreción con la que nos educaron nuestros padres ya no es útil hoy. Hoy, si no te ven, no te encuentran (…) nuestra marca es lo que los demás ven de nosotros, para bien y para mal. Sin miedo. Perderemos alguna batalla, pero ganaremos la guerra. Es más fácil resolver un problema de reputación puntual que una ausencia de marca o un postureo maquillado y falso».
Aunque puedan existir ciertos límites infranqueables que no han cambiado, las redes sociales han impactado en nuestros hábitos por lo que es relevante compartir información, participar en una comunidad, formular recomendaciones, en resumen, aportar valor. Esta actitud, si además se formula desde una posición profesional y continuada tendrá un impacto muy positivo. Es una excelente recomendación que deberíamos tomar en consideración.
Estoy perfectamente alineado con las opiniones que sobre este tema propone Andrés Perez Ortega. «Las redes sociales están facilitando que se hable de logros, premios y triunfos profesionales con más naturalidad. Ya no es raro que un profesional explique algo que ha logrado y, a continuación, reciba decenas de comentarios positivos (falsos o auténticos) de sus amigos y colegas”. Plantea que puede ser adecuado no restringir nuestra presencia en las redes a los ámbitos sociales y los de carácter personal. Resulta por tanto conveniente mostrar algún tipo de posicionamiento sobre temas relevantes de carácter social.
En resumen, resulta relevante que dediquemos algún tiempo y esfuerzo a trabajar nuestra imagen y nuestro posicionamiento en las redes sociales. No será ni tiempo ni esfuerzos perdidos.
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