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He estado leyendo en las últimas semanas artículos, comentarios y material diverso sobre el uso de las redes sociales en los procesos de búsqueda de empleo.

Aunque su uso es todavía muy «inmaduro» y en este ámbito creo que puede aplicarse el criterio de que «no es oro todo lo que reluce» me ha parecido conveniente desarrollar algunas reflexiones y recomendaciones dirigidas fundamentalmente a apoyar a los profesionales en proceso de búsqueda.

Como no podía ser de otra forma he llegado a la conclusión de que las redes sociales no son más que un nuevo medio de comunicación interpersonal que tiene sus especiales códigos.

Por ello es relevante disponer de algunas claves cara a que la  participación en las mismas no perjudique el desarrollo de nuestra carrera profesional y particularmente podamos apoyarnos en ellas para nuestra estrategia de búsqueda, tanto si estamos “in” como si temporalmente nos encontramos sin empleo.

  • No todas las redes son iguales. Debemos seleccionar a aquellas que resulten más adecuadas a nuestro perfil y nuestros intereses.  De la misma manera hemos de ser muy estrictos en la incorporación a los diferentes grupos que se van creando en su seno. Hoy podemos encontrarnos, si tenemos un poco de tiempo y dedicamos algo de esfuerzo, con respuestas a todas nuestras necesidades e intereses. Es conveniente investigar, analizar, escoger bien. No todo termina en Facebook, aunque probablemente la red más utilizada con objetivos profesionales hoy en España sea linkedin.
  • Deberíamos utilizar un correo neutral. Debemos tener en cuenta el uso que queremos dar a la red social y tomar nota de que el registro y posterior acceso a la misma se fundamentará en la dirección de correo electrónico. Por ello mi criterio es el de que es mejor no utilizar la dirección de correo profesional. Es preferible usar uno específico. Es mejor no usar el de nuestra organización si desarrollamos nuestra vida profesional “por cuenta ajena” y crear específicamente uno para la ocasión.
  • Construir el perfil con información real. Aunque pensemos que sólo nuestros amigos pueden ver la información publicada, las redes sociales son un escaparate abierto a todo el mundo. El perfil es su tarjeta de presentación, por lo que debe contener información cierta y ser actualizado de forma permanente. Sin embargo no hace falta que expongamos en nuestro perfil toda nuestra vida privada. Las personas agradecemos los buenos resúmenes, también en el entorno de las redes sociales. También  podemos usar, si lo deseamos, los filtros de información de los que disponen algunas de las redes más utilizadas.
  • Aprendamos a manejarnos adecuadamente en las diferentes opciones que nos ofrece la red. Seamos conscientes de que, sobre todo para los que no somos “nativos digitales”, el uso adecuado de las redes sociales exige un periodo de aprendizaje específico. Por ejemplo esta recomendación es relevante cuando se trata de la posibilidad de integrar programas desarrollados específicamente para aportar valor al perfil. Buscar, analizar e integrar alguna de estas soluciones puede ser muy positivo. Un ejemplo, en función de nuestro perfil, puede ser muy interesante incorporar nuestro currículum en la herramienta EasyCV de la red Facebook.
  • Configuremos adecuadamente nuestra privacidad. Una recomendación muy relevante. Partamos de entrada de que en general los niveles de privacidad del perfil y de las búsquedas son normalmente muy bajos. Es importante por tanto dedicar algún tiempo a estudiar y personalizar al máximo el uso que hagamos de la red y si es necesario informar a los gestores de la red sobre las posibles infracciones que detectemos empezando por las suplantaciones de identidad.
  • Debemos manejar nuestras sesiones con criterio: Muchos de los accesos que registran las redes sociales proceden de ordenadores públicos. Hemos de prestar atención y no poner las cosas fáciles a las personas que quieran jugar con nuestra identidad virtual. Casillas como el “recordarme” de Facebook es mejor que no estén marcadas. Y, sobre todo, al salir nunca debemos hacerlo por otras vías que no sean el vínculo “Cerrar Sesión o Salir” para desconectarnos totalmente y evitar el uso de la información por terceros.
  • Evitemos las opiniones políticas, religiosas o sexuales. Aportar contenidos, noticias relevantes y participar en grupos estratégicamente seleccionados puede hacernos ganar visibilidad en la red e, incluso, facilitar ser percibidos como especialistas en una determinada materia. Sin embargo de la misma manera que podemos adquirir notoriedad esta puede llegar a perderse inmediatamente si incorporamos elementos que pueden resultar conflictivos. Sobre este punto vamos a tener que tener estrategias diferentes en función de si se trata de redes “cerradas” dado que éstas, por sus propias características, engloban a personas vinculadas por creencias, opiniones o criterios comunes. No tiene ningún sentido incorporar estos elementos en nuestro perfil  general y mucho menos en un momento en el que de forma voluntaria o involuntaria nos planteamos un cambio en nuestra orientación profesional.
  • Toda red necesita ser cultivada y trabajada. Como toda “red” las redes sociales necesitan alimentación permanente. Debemos ser activos, aportar valor, recomendaciones, etc. Probablemente de la misma forma que esperamos recibir algo de nuestra red, el resto de miembros esperan también recibir algo de nosotros. Bajo el mismo criterio no debemos proponernos como “amigos” de personas que no conozcamos y no debemos aceptar a cualquier persona que intente agregarnos a su perfil. Hemos de ser conscientes que, los buenos reclutadores, no sólo se fijaran en nuestro perfil sino en el de el resto de miembros de nuestra red.
  • No estar abiertos a aceptar a cualquier persona que intente agregarnos a su red. Aceptar todas las invitaciones sin más no tiene ningún sentido. Establezcamos una estrategia y unos objetivos y, sobre todo, analicemos  los perfiles antes de aceptar. Hay que saber si las personas que forman parte de nuestra red tienen los mismos objetivos que nosotros. Su manera de actuar puede llegar a ocasionarnos problemas si no tenemos este aspecto bajo control. Podemos encontrarnos con imágenes, fotos, comentarios o mensajes no deseados que impacten negativamente en nuestra identidad digital.
  • Debemos ser discretos en el uso de la red como vía de contacto para acceder a los seleccionadores o HH con los que deseemos contactar. Aunque esta es una vía todavía no muy en uso resulta evidente que frente a las dificultades para acceder a determinados profesionales en el proceso de búsqueda por “vías formales” podemos plantearnos su acceso a través de las redes sociales. El contacto es más informal y puede ser inclusive mucho más sencillo. Sin embargo sea muy cauto en su uso, utilizando esta vía sólo en circunstancias muy especiales y cuando ha tenido un previo contacto con el profesional con el que desea contactar. Piense que, muchas veces, resulta mucho más fácil perder una reputación profesional que adquirirla.
  • Nuestros “amigos” pueden ayudarnos en nuestra estrategia de búsqueda. De idéntica forma que en mi criterio no debe utilizarse las redes sociales para la “venta” de servicios profesionales es evidente que podemos usar las redes sociales y la información que de ella obtenemos como una más de nuestras estrategias de networking. Aquí podemos aplicar el criterio general del uso de las referencias profesionales. Nuestros amigos pueden una excelente vía cara a facilitarnos acceso a profesionales que trabajan en el mercado en el que nuestro perfil tiene interés. Pero también con criterio.