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Todo el mundo habla del desarrollo de la capacidad emprendedora como una de las mejores medicinas para reducir los niveles de desempleo.

Un tema que tiene un interés evidente para el conjunto de nuestra clase política y que supone afrontar de forma positiva los retos que en nuestro entorno provocan tanto los procesos de desertización industrial como los de digitalización y robotización.

Pero, mientras tanto, no somos conscientes de que no hemos sido capaces de modificar las estructuras profundas de nuestro modelo económico (a excepción del impulso dado a la internacionalización de nuestra economía) y nos estamos beneficiando de una coyuntura internacional favorable basada en nuestra posición geoestratégica

Las grandes preguntas que me planteo son: ¿Qué podemos hacer en este ámbito?, Es necesario destinar recursos públicos a su impulso?, ¿Es posible con recursos públicos generar un entorno favorable a la emprendeduría?, ¿Tenemos un sistema educativo que favorece la generación de la cultura emprendedora?, ¿Nuestra cultura social es favorable a ella?, etc. Creo que las respuestas a todas estas preguntas son más que evidentes y van necesariamente del “queda mucho por hacer” al «no».

Creo que una de las cualidades que definen mi personalidad es la de ser un emprendedor, una persona con iniciativa e inquietudes y alguna dosis de creatividad que doy lo mejor de mi mismo en las fases de lanzamiento de proyectos, productos y soluciones. En el día a día tiendo a aburrirme. Puedo ser por tanto una buena referencia para todos aquellos que deseen iniciar procesos vinculados a lo que yo llamo la “independencia profesional” término que me agrada más que el de emprender o emprendedor.

De entrada deciros que mi criterio es el de que la capacidad de asumir riesgos (un elemento consustancial con la cultura emprendedora) es algo probablemente innato o que se adquiere por haber vivido en un entorno de esta naturaleza. Es probable que se nace o no con esta cualidad, de la misma forma que se es extrovertido o……. Indudablemente todo puede apoyarse con un buen sistema educativo y unos incentivos adecuados. Sin embargo opino que ni nuestro sistema educativo esta preparado para desarrollar esta competencia de la misma forma que los incentivos sociales y de todo tipo no son ni mucho menos favorables.

Aunque constatamos que algunos de los grandes proyectos empresariales del siglo XX nacieron en un garaje y sin ningún tipo de incentivo externo más allá de la voluntad y la motivación de sus creadores parece lógico pensar que si se diseñasen e implementasen una serie de acciones (educativas, sociales, administrativas y económicas) sería posible favorecer las iniciativas emprendedoras.

Mientras tanto es bueno generar debate, es razonable pensar que la reforma educativa, si ésta realmente se llega a producir, tenga como uno de los objetivos básicos potenciar el espíritu emprendedor de nuestros jóvenes, (lo que por otra parte no será nada fácil). Pero esto es, algo cuyos efectos sólo vamos a poder constatar a largo plazo. Entretanto cabe la posibilidad de que se definan otro tipo de instrumentos, dirigidos simplemente a dar apoyo a las iniciativas emprendedoras. Unas iniciativas que (aplicables durante un periodo de tiempo reducido 2 o 3 años) podrían ser las siguientes:

  • Vinculación del pago del IVA al cobro real de las facturas.
  • Reducir a un mínimo simbólico los costes sociales inherentes a la contratación.
  • Facilitar líneas de crédito en condiciones preferentes reduciendo los avales y compromisos personales.
  • Permitir y facilitar el acceso a los concursos públicos directamente o exigiendo un determinado nivel de subcontratación a los contratistas principales.

Necesitamos desarrollar el espíritu emprendedor (tanto de nuestros jóvenes como del resto de colectivos profesionales) y luego facilitar apoyo para la puesta en marcha de sus proyectos. La creación de un ecosistema emprendedor no es fácil y no se hace sólo con discursos públicos y con subvenciones aunque ambos estén muy bien intencionados.

Tenemos una gran responsabilidad en ello y no creo que estemos todos haciendo lo suficiente para ello.


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