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Estuve viendo de nuevo la pasada semana la película “The Company Men”, básicamente con objeto de validar mis impresiones iniciales. La película pretende ser una visión del impacto de la crisis en los ejecutivos.

Basada en un hecho ficticio que podía ser una perfecta copia de centenares de procesos similares vividos por muchos profesionales en los últimos años (y no solamente en la actual situación de crisis), la película plantea de forma acertada y coherente, entre otros aspectos, como la reducción de los costes laborales (a través de la vía de los despidos) es muchas veces una excelente herramienta para incrementar el valor de una empresa.

De entrada deciros que la considero una película excelente, tanto desde el punto de vista del guión como de la realización reforzada por el excelente trabajo desarrollado por un grupo de actores de calidad (desde Ben Affleck, hasta Tommy Lee Jones).

Retrata de manera sensacional las diferentes reacciones psicológicas de las personas que se ven afectadas por estos procesos y las diferentes maneras de responder a esta situación. Bloqueo, Huida, Aceptación y Lucha. Los ejecutivos afectados viven claramente este tipo de procesos en lo que se supone son los primeros meses desde la pérdida del empleo. Lo único que me parece discutible de la película es la “banalización” que se hace de los procesos de recolocación.

Aunque en alguno de sus aspectos estructurales la “empresa de recolocación” que se muestra en el film puede ser cercana a la realidad, creo que se da una visión sesgada y parcial sobre el apoyo que se puede dar a las personas afectadas, (candidatos tal como se les denomina en el sector).

Un proceso de recolocación es mucho más que una “charla” más o menos motivante y la posibilidad de disponer de una zona de trabajo o de despacho en las instalaciones de la consultora.

En un momento además en el que en este país acabamos de regular definitivamente la actuación y la actividad de estas compañías, circunscribir esta actividad a los dos elementos señalados en el párrafo anterior me parece francamente una “mala caricatura”. No quiero ahora hacer una apología a la que he dedicado una parte relevante de mi carrera profesional, sólo destacar que los miles de personas que ya han pasado por este país, en los últimos 20 años por este tipo de procesos, podrían ser excelente referentes, inclusive mucho mejores que yo, de la aportación que han recibido por parte de los consultores de reorientación profesional para rehacer sus vidas después de una situación de despido ajena a su voluntad y a su responsabilidad directa.

Por cierto recuerdo ahora la película “up in the air” y me reitero en el comentario ya publicado el pasado mes de diciembre. Me encanta o George Clooney, (francamente admiro su estilo y su encanto personal), la película me parece entretenida con algunos momentos brillantes pero tiene como grave defecto el que su semejanza con la realidad es nula. Algo que no puede criticarse a «the company man».

Recordemos que ni los consultores de recolocación asumen la responsabilidad de la gestión de los despidos, ni éxiste que yo sepa una actividad como la que desarrolla George, llamémosla “despedidores profesionales”.

Lo dicho: en el cine hay que saber separar los elementos de ficción de la realidad.