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Me acaban de hacer una oferta para cambiar de empleo. Me han surgido dudas. Aunque conozco su opinión sobre el hecho de que ahora ya no debería de tenerlas. ¿No cabe una excepción en mi caso personal? Luis M (Terrasa)

Una de las situaciones clave en la vida profesional de un profesional o directivo es la que se produce cuando, tras un periodo de concentración y esfuerzo en la búsqueda de un nuevo empleo, se encuentra finalmente como candidato final en un proceso de reclutamiento, pero la oportunidad que le ofrecen no responde claramente a sus expectativas y/o objetivo profesional, existan incongruencias entre el puesto, su posición en el organigrama y las responsabilidades a asumir o por último no vea satisfechas sus expectativas económicas de remuneración.

Esta situación puede hacerse todavía más compleja si en el proceso ha habido la intervención directa de un tercero que ha prestado su networking, ayuda y consejo para facilitar el contacto con el headhunter, gabinete de selección, o la empresa finalmente contratante.

En estas situaciones, los profesionales podemos pasar de sentirnos con alas y ganas de volar a aterrizar brutalmente o quedarnos con la losa de la pregunta a la que no sabe cómo contestar: ¿Puedo rechazar esta oferta? Pregunta que se acompaña en general y de forma inmediata de otras como ¿Me seguirán llamando si la rechazo? y ¿Cómo se lo digo al headhunter o a la empresa? Y a la persona que me ha facilitado el contacto inicial?

Mi primera recomendación es la de mantener la calma, tragarse todos los sentimientos negativos que asuman por tu estómago y tu cabeza y guardar la compostura con un agradecimiento por la oferta recibida. Es de bien nacido ser agradecido. Por otra parte todo el mundo entenderá que  necesitas 24/48 horas para analizar la propuesta y dar su conformidad. Se consciente de que tu carrera es probable esté entre los tres activos más vitales. No la hundas ni dejes que la situación se escape a tu  

A continuación te interesa revisar con calma si la oferta recibida corresponde al nuevo paso que quieres dar a tu trayectoria profesional, aunque actualmente te encuentres en situación “out”. Probablemente hoy te das cuenta de que lo podría significar un nuevo fracaso y eres consciente de que o bien las condiciones de mercado pueden ser distintas de sus expectativas o que inicialmente sobrevaloraste tus propias capacidades. Aunque no sea fácil es mejor decir que no – sin cerrar las puertas – a un contacto posterior que dejarse meter en un “lio” del cual ahora va a ser muy complicado salir.

En este momento tienes varias alternativas pero si no estas realmente convencido, la alternativa “aceptar la oferta” no existe. Tras las 24/48 horas que hayas solicitado de plazo para reflexionar puedes intentar mejorar las condiciones de la oferta o bien simplemente transmitirle a tu interlocutor que lamentas comunicarle que no puedes aceptarla. Deberás objetivar y racionalizar las razones. Al mismo tiempo –y si el interlocutor es el headhunter este paso es fundamental– aprovechar la oportunidad para volver a definir con claridad el objetivo perseguido y manifestar interés en seguir en contacto para nuevas oportunidades. Paralelamente puedes ofrecer referencias de personas que pudieran ser candidatos a la posición. No dejes de pensar que aunque estés, probablemente, generando un problema a su interlocutor, esta oportunidad puede ser también el primer paso para un cambio profesional posterior.

Aunque muchas veces sea difícil de ponderar en la decisión final no sólo deben de primar los factores relativos al puesto. Existen otros elementos a considerar: empresa o sector en proceso de expansión, un puesto con aprendizaje y/o posibilidades de desarrollo futuro, unas responsabilidades retadoras, una buena química con el futuro jefe, una visión compartida, etc. En estos casos cabe la posibilidad de renegociar las condiciones que figuran en la oferta o de simplemente establecerlas como parámetros para una fase inicial (6 a 12 meses) con un compromiso formal de renegociación posterior. La reflexión final es la de no fijarse solamente en el puesto sino en las circunstancias y elementos que lo envuelven.

Y si finalmente decides rechazar la oferta porque te parece incoherente con sus objetivos y expectativas deberías preguntarte por la parte de responsabilidad que te corresponde por no haber seguido los pasos racionales en la gestión de su propia carrera y fundamentalmente por no ser el protagonista principal de la misma. Se consciente del problema que estás generando en tu interlocutor y deja pasar un cierto tiempo en intentar recomponer tus relaciones. Para ello será conveniente que pienses en lo que puedes aportarle, sea headhunter, contacto, etc.