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Dejé mi empleo y he estado 2 años dedicada al cuidado de mi bebé. Quiero volver a trabajar ya que creo tener un perfil atractivo. He recibido una oferta pero no estoy segura de si debo aceptarla. ¿Qué puedo o debo hacer? Laura L (Madrid)

Laura, estarás de acuerdo conmigo en que la gestión de la carrera profesional es hoy mucha más compleja que hace 20/30 años. Reiniciar tu trayectoria te va a exigir una actitud diferente y saber gestionar cambios en el ámbito de las relaciones personales. El concepto de cambio de relaciones se refiere a la práctica de encontrar gente que se mueva en el nuevo entorno en el que pretendemos desarrollar nuestra vida profesional, gente a la que admiremos, que nos gustaría emular y en cuya compañía queramos estar. Todas los procesos como el que te planteas en este momento (volver a tu actividad profesional), requieren algún tipo de apoyo y, a menudo, no resulta fácil encontrarlo en el entorno actual.

Cuando nos enfrentamos frente a un proceso de cambio el peor handicap es la falta de información sobre el exterior, sobre las nuevas alternativas. En muchas ocasiones las exigencias de nuestra situación: puesto, responsabilidades personales y familiares, nos dificultan la posibilidad de dar un nuevo enfoque a nuestro objetivo profesional y a nuestra estrategia de búsqueda. Desconocemos que alternativas existen y si las conocemos no sabemos que se precisa para conseguirlas. Podemos constatar multitud de experiencias profesionales en las que sólo la capacidad para establecer nuevos ámbitos relacionales han permitido el cambio deseado.

En tiempos de cambio e incertidumbre encontramos consuelo reforzando nuestras relaciones con el entorno conocido, familia, jefes, relaciones profesionales, profesionales del reclutamiento, pero como han percibido multitud de estudiosos estas mismas fuentes de relación son normalmente trampas ya que tienden a reforzar lo que somos y resultan barreras para la experimentación. Probablemente sea imposible plantearse un cambio profesional sin inicialmente hacer algún esfuerzo por alterar nuestros círculos sociales y profesionales y que, evidentemente se consolidarán, en el momento en que hayamos conseguido el cambio.

Desde los años 70 del siglo pasado sabemos empíricamente que “la mayoría de nosotros obtenemos nuestros puestos de trabajo a través de contactos personales”.  Y lo que se confirmó, ya en aquel momento, es que los contactos que iban a permitir y facilitar el cambio no eran ni amigos, ni familiares, ni compañeros cercanos al individuo en situación de búsqueda (lo que denominamos técnicamente la primera línea de networking) sino nuevos contactos generados en el propio proceso, (segunda línea) obtenidos a través de una gestión proactiva por parte del candidato en búsqueda.

Experiencias como la de un submarinista que consigue cambiar de orientación profesional a través de un contacto establecido en su hobby, la de un profesional de logística en el sector químico que consigue un puesto en el área de compras en el sector alimentario gracias a un estudio realizado por su asociación profesional o la de un director comercial que pasa a gestionar una ONG como consecuencia de una relación iniciada en una asociación de padres de alumnos, son ejemplos que clarifican los argumentos que estoy formulándote.

Lo que te recomiendo por tanto es que no tengas prisa. Analiza en profundidad la oferta que tienes encima de la mesa en base a las reflexiones anteriores. Si puedes «aguantar» económicamente probablemente lo mejor será que no la aceptes. En todo caso, piensa en generar contactos y relaciones que te abran nuevas puertas en un futuro cercano. Toma nota también que el valor de un perfil se incrementa simplemente por la circunstancia de estar «in». 

En relación a como crear y trabajar una red de contactos con la mira fijada en el desarrollo profesional encontrarás multitud de orientaciones en este mismo apartado de mi blog.