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No creo que en mi organización valoren adecuadamente el trabajo que estoy haciendo. Acepté unas condiciones salariales relativamente bajas en el momento de mi incorporación y hoy…. estoy francamente desmotivado. ¿Qué puede aconsejarme? LLuis P. (Lleida)

En algún momento muchos de nosotros hemos sentido esta sensación. Me refiero a pensar que en nuestra empresa/organización todos avanzan, mejoran o son tratados mejor que el trato que nosotros recibimos a pesar de todo lo que aportamos. Eres competente, te gusta lo que haces, aportas valor y entonces ¿por qué pareces invisible para tu jefe y compañeros?

Para que los demás reconozcan tu valía, hay algo sencillo que puedes hacer: no autoengañarte, conocer tus habilidades y sacarlas a la luz para permitirte brillar y que la organización se beneficie también de lo mucho que vales.

Demostrar lo que vales no es sinónimo de egocentrismo

Somos diferentes, únicos e irrepetibles. Qué poco original, ¿verdad? Pero, a veces, dejamos pasar por alto lo obvio y caemos en el saco de lo común, y por lo visto lo habitual hoy día es tratar de no destacar para no ofrecer una imagen de prepotente.

Pero si todos tenemos habilidades especiales, pecar de una excesiva humildad es igual de perjudicial que el querer ser siempre el centro de atención. Encuentra el término medio para mostrar en tu entorno laboral todo lo que puedes aportar.

Establece un diálogo razonable con tu entorno, las relaciones personales son la clave

Si pretendes vivir en una cueva, perfecto. Pero, si estás en el mundo real, éste tiene una serie de normas y protocolos que en ocasiones por timidez o por desconocimiento evitamos, perdiendo así una gran oportunidad.

No sólo hay que ser bueno, sino también parecerlo. Si quieres dejar de ser un número más en la empresa, quienes te rodean deben asociar tu imagen, tu nombre a tus logros, ideas. Y ¿Cómo hacerlo? Contactando y comunicando con personas clave de la organización que pueden decidir sobre ti.

Convíertete en una persona con la que todos deseen trabajar

En todas las compañías existe la figura del gruñón. El que ve mal hasta que haya un cambio en la decoración de la oficina. O el que gruñe porque alguien tocó su material y lo movió una milésima del lugar donde suele estar. Deja de competir, tú eres el único y el mejor rival.

No seas como ellos. Flexibilidad al poder. Las personas que se adaptan mejor a las nuevas situaciones, que no rechazan los cambios son valoradas. Intenta ser parte de la solución no un problema.

Busca que tus compañeros quieran trabajar a tu lado porque eres de los que siempre echa un cable, hace las cosas fáciles o sabe muy bien lo que significa empatía.


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