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«Un país que no sabe aprovechar el talento de sus jóvenes se vuelve idiota«. Sigo leyendo en La Vanguardia del pasado 16 de Mayo.

Sigo leyendo.“Una sociedad que, por interés propio, aprecia más los resultados que las jerarquías da oportunidades a los jóvenes….pero si en un país el cargo cuenta más que la eficacia, los ministros ya pueden proclamar las excelencias del I+D que, con la mitad de los jóvenes en desempleo no será competitivo. En relación a las ciencias exactas sí que destacan los jóvenes porque el catedrático no puede decir nada si es el becario más joven el que resuelve el problema. Y en relación a la política sólo hace falta recordar la edad que tenían los protagonistas de la transición y la que tienen los que ahora impiden la segunda”.

Estos párrafos forman parte de la entrevista que Luis Amiguet hace a Jack Steinberg. Entiendo que ella hay partes que tienen su origen en el entrevistado y probablemente otras en el entrevistador. Aunque poco importa.

Lamentablemente queda poco que decir si después de las reflexiones que he estado haciendo en las últimas semanas sobre el desempleo de nuestros jóvenes, sobre la desventaja competitiva que nos generará la realidad de la nueva emigración acabo de constatar las diferencias entre el debate de los candidatos a la Presidencia del Parlamento Europeo con el que se ha producido hoy mismo entre los representantes de los dos partidos con más representación parlamentaria.

Aunque pueda ser redundante sobre este punto no puedo estar más de acuerdo con lo que acaba de publicar Marc Vidal en su blog (sí de nuevo Marc). “Las dos maneras de ver el futuro de Europa lo resumo en tres fotos. Una es la que, mientras los dos cabezas de lista de los dos ‘grandes’ partidos en liza en España no abordaron el tema de Catalunya, en el otro debate se puso sobre la mesa sin problemas. Otra fue la que, a la vez que Europa escuchaba las redes sociales para que los políticos respondieran a tiempo real, Cañete y Valenciano seguían a la suya. La tercera fue el instante que los cinco de Bruselas abordaban temas tecnológicos y los dos de Madrid seguían con el ‘tú lo hiciste peor cuando gobernabas”.

Tenemos un problema, un grave problema de gestión de talento y consecuentemente de supervivencia social.

No podemos permitirnos perder el tren de la innovación como ya perdimos el de la revolución industrial. Como Marc pienso que los trenes pueden volver a pasar y que hemos de estar preparados para subirnos a él.

Las preguntas son ¿Nos estamos preparando para ese momento? y ¿Estamos trabajando para aprovechar el talento de nuestros jóvenes?. Como él no lo tengo nada claro.