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No nos engañemos: La suma de talento, motivación y esfuerzo, siguen siendo, a pesar de todos los cambios, los tres elementos clave para el éxito en una trayectoria profesional.  

Sin embargo existen cuestiones sobre las que es conveniente que reflexionemos para orientar el enfoque que debemos de dar a una trayectoria, y en particular las básicas son las siguientes: ¿Es bueno planificar a medio/largo plazo? y ¿Cómo saber si una determinada planificación es adecuada o no?.  ¿Cómo evitar el autoengaño o lo que es lo mismo ser conscientes de nuestras capacidades y debilidades? Es muy conocida la anécdota referida a Michael Jordan que estuvo muy cerca de no ser admitido en el equipo  de baloncesto de su instituto. Con independencia de su talento, lo que quedó rápidamente en evidencia es que, como todos pudimos comprobar después, realmente tenía motivación para jugar a ese deporte.


A pesar de todas las variables, de todos los cambios, sigo creyendo que para el desarrollo de una carrera profesional al margen de disponer de algún tipo de talento, motivación y voluntad es bueno disponer de una cierta visión del futuro y esforzarse por alcanzarla.  


Siempre es mejor actuar que simplemente dejarse llevar. A menudo desarrollamos acciones sin tomar en cuenta ni nuestras capacidades, ni nuestras motivaciones ni la situación del mercado de trabajo. Muchas veces constatamos que el fracaso de una carrera profesional se fundamenta en haber aceptado un cambio que no deberíamos de haber realizado.

Hoy, igual que hace 30 años, creo que sigue siendo absolutamente necesario definir unos objetivos profesionales claros y concretos y que estos sean coherentes con nuestro talento y capacidades. Aunque no lo nos lo parezca todos definimos objetivos de forma consciente o subjetiva. La diferencia fundamental entre las personas con éxito y las personas que no lo tienen no es si definen objetivos o no, sino si éstos son realistas, y adecuados a las propias capacidades.  Y ello al margen de tener la motivación adecuada para alcanzarlos.

Otra cuestión relevante es la de ¿Es posible gestionar dos objetivos de forma simultánea? Francamente pienso que no es adecuado plantearse más de dos. Es el ejemplo que siempre he puesto en mi actividad relacionada con la Orientación Profesional: tener muchos objetivos es como disparar con perdigones con lo que probablemente haremos mucho ruido pero no conseguiremos los resultados apetecidos.

De la misma forma que es inclusive adecuado “dejarse ir” en las primeras fases de la carrera profesional (hay tiempo y espacio para corregir los errores) hay que ser cada vez más selectivo y restrictivo conforme avanzamos en nuestra trayectoria profesional. En un proceso de desarrollo hemos de tener la visión y la capacidad para adaptarnos a las circunstancias y a las oportunidades que se crucen en nuestro camino.

Aunque, recordemos, que es mucho mejor tener un objetivo claramente definido que ir «de flor en flor».

Sí definido un objetivo no conseguimos hacerlo viable, transcurrido un tiempo adecuado (hasta 1 año en función de la intensidad del esfuerzo dedicado a su consecución) habrá que plantearse si éste es coherente con la realidad del mercado o con nuestras propias capacidades. En segundo término habrá que revisar las acciones desarrolladas. Por último cuestionarse si se ha tenido la motivación y se han hecho los esfuerzos necesarios para conseguirlo.

Todo lo demás finalmente es táctica y oportunidad. Saber aprovechar las circunstancias que no controlamos, hacer un buen uso de las redes sociales, crear una marca personal, desarrollar y trabajar adecuadamente una red de contactos, etc son elementos importantes pero que han de sustentarse en los principios básicos.

El resultado o conclusión por tanto es la siguiente: La clave del desarrollo profesional se fundamenta en un objetivo claramente definido y adecuado a nuestras capacidades, la adecuación de este objetivo a la realidad del mercado, la motivación adecuada para conseguirlo, la capacidad para entender los mensajes que recibimos del entorno y la flexibilidad para adaptarse a ellos.