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No podemos pretender que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. «Una crisis es la mejor bendición por las que pueden pasar las personas y a los países, porque la crisis trae progresos»

Esta frase, atribuida a Albert Einstein, ya fué elemento central de las reflexiones formuladas en diferentes post escritos entre 2009 y 2013, (por ejemplo los accesibles en los link http://pauhortal.net/blog/nunca-desaproveches-una-crisis-i/  http://pauhortal.net/blog/nunca-desaproveches-una-crisis-version-2012/Afirmaba en ese momento que “lo más grave de la situación anterior al 2008 fue que todos fuimos incapaces de prever los cambios demográficos y ocupacionales que se producían y que, lamentablemente, se situaron en sectores sin ningún futuro…… (probablemente) perdimos una excelente oportunidad, en estos años, para plantearnos los cambios de comportamiento que hoy nos hubiesen –estoy plenamente convencido- preparado mejor para responder a los retos que nos va a deparar el futuro”

Una frase que resulta aplicable a la situación que vivimos en este mismo momento.

Ya que seguimos sin haber hecho las reformas sustantivas que eliminen «vicios» en los modelos de representación política, económica y sindical, seguimos viviendo acomodados en un entorno de baja productividad y falta de eficiencia, y no nos hemos preocupado de cambiar las dinámicas educativas para que entre otros objetivos potenciasen, de verdad, la capacidad emprendedora de nuestros jóvenes. Mientras tanto necesitamos  estos cambios si queremos enfrentarnos con éxito a los retos que nos depara el próximo futuro. Lo siento, pero esta frase esta escrita quasi literalmente en 2013, (como es perfectamente demostrable). Y lo más duro es que al margen de de que no hayamos resuelto ninguno de estos problemas tenemos algunos más que afrontar en 2020.

Escribía también en 2013 que había estado escuchando a Juan Antonio Sagardoy (en la entrega de los premios de Expansión y Empleo correspondientes al año 2012) afirmando que frente a la crisis no podíamos ponernos ningún tipo de límites.


Ante los retos que tenemos que afrontar necesitábamos una catarsis colectiva, implantar estímulos para el desarrollo de la economía y establecer y poner en marcha políticas que generasen ilusión.


Y de nuevo reconozco que esta frase es una repetición casi literal de los argumentos que Profesor Sagardoy formuló en ese momento.

Cuando la confianza en el futuro se ha convertido en un bien escaso es bueno recordar de nuevo el mensaje de Albert Eisntein. “La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche. Es en la crisis donde nacen la iniciativa, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia”.

Prosigo con mis referencias a Einstein “El problema de las personas y de los países es la pereza para encontrar las salidas y las soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos todo es rutina. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Ante la crisis la única receta es el trabajo duro. Acabemos con la única crisis amenazadora: la tragedia de no querer luchar por superarla”.

Y ahora conviene recordar que Einstein falleció en 1955.

Aunque siempre tiendo a ver el vaso medio lleno y no medio vacio dudo de nuestra capacidad para aprender de lecciones pasadas y de que seamos capaces de aplicar estas recetas a la situación que hoy estamos viviendo. Espero equivocarme.