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Autor: Inspirado en un informe del Center of Creative Leadership.

Un entorno con cambios rápidos y constantes ha propiciado la aparición de un nuevo tipo de contrato entre las organizaciones y sus empleados. ¿Qué rasgos lo definen?

Inseguridad. El actual modelo económico trae consigo unos cambios y fragilidades que hacen que la empresa pueda prescindir de nuestros servicios con excesiva facilidad.

Habilidades. El activo principal de uno mismo reside en las habilidades aprendidas tras una experiencia laboral, por muy breve que sea.

Inversión en el desarrollo. La empresa es el principal actor interesado en dotar de talento a sus trabajadores. Por ello, éste debe apreciar las oportunidades de desarrollo que le ofrece la empresa y que sirven para potenciar su desarrollo.

Responsabilidad. Uno mismo es el principal responsable en sacar mayor o menor partido de las oportunidades que le brinda la empresa para potenciar su talento.

Riesgo. Nadie sabe con seguridad que actividades pueden servir en mayor medida para destapar el potencial que lleva escondido cada uno.

Situaciones indeseadas. Las profesiones de por vida siguen siendo posibles pero ya no son la norma a seguir y, en muchas casos, ya no son mutuamente deseadas.

Compromiso mutuo. Ambas partes han de ofrecer el mayor número de facilidades ante la eventualidad que una de las partes opte por romper la relación.

Buena voluntad. La empresa es la primera en expresar y desear el éxito al trabajador que desea enfrascarse en un nuevo proyecto al margen de la empresa.

Entusiasmo. La empresa desea observar compromiso y entusiasmo en su plantilla que será recompensada en función del cumplimiento de tales conceptos.