Tiempo de lectura: 3 minutos

Hay mucho escrito, publicado y filmado sobre la entrevista de selección. No obstante puedo constatar que, a pesar de ello, la mayoría de los profesionales siguen cometiendo los mismos errores.

Superar con éxito la entrevista de selección es una de las claves para acceder a un nuevo empleo. Sin embargo hoy siguen produciéndose un gran número de entrevistas que son un fracaso simplemente porqué el candidato no ha hecho el trabajo previo necesario.

En este contexto hago una llamada para que cuando participéis en una entrevista evitéis cometer los errores típicos que cometen un alto porcentaje de candidatos. Errores que hoy son si cabe más imperdonables cuando hoy los entrevistadores disponen de acceso a la información sobre nosotros disponible en las redes sociales.

Probablemente el cambio más relevante, hoy, en el concepto de entrevista deriva del hecho de que gracias a las nuevas tecnologías y al uso del bigdata el entrevistador dispone de un volumen de información sobre nosotros mismos impensable hace tan solo 3/5 años. 

Sin embargo la tecnología nunca podrá sustituir al ser humano. Este es desde mi punto de vista un elemento clave. Por ello me he permitido escribir de nuevo sobre «entrevista». He aquí, por tanto y adaptada a la realidad que estamos viviendo hoy (verano del 2016) una guía que puede seros de utilidad.

En primer lugar es vital conocer a nuestro interlocutor y a la organización que tiene un interés en contratarnos.

  • Debemos revisar los detalles y la descripción del puesto.
  • Podemos describir el perfil del candidato idóneo y compararos con él.
  • Necesitamos obtener la máxima información posible sobre la empresa.
  • Resulta obligado controlar todos los aspectos materiales: tiempo, trayecto, objetivos etc.
  • Y por último determinar nuestros objetivos a alcanzar en la entrevista.

Debemos prepararnos para la entrevista. Por favor, no tentemos a la suerte ni a la improvisación lo que vaya a ocurrir en la entrevista. Es preciso:

  • Determinar las preguntas que se formularán y la respuesta más adecuada.
  • Definir los puntos claves que hemos de comunicar y cómo vamos a hacerlo.
  • Preparar el listado de logros que utilizaremos para confirmar nuestras afirmaciones.
  • Los puntos débiles de nuestra candidatura.

Hemos de ser conscientes de que hoy la capacidad de engaño a nuestros interlocutores se ha reducido sustancialmente. Gracias a la tecnología nuestro entrevistador sabe mucho sobre nosotros. Por tanto su interés va a concentrarse no tanto en obtener información sino en ratificar la validez de la que dispone y sobre todo determinar vuestro nivel de motivación para el puesto.

Por ello se hace más evidente el consejo de que afirmar que poseemos una habilidad o unos conocimientos hoy no es suficiente. Tenemos que proporcionar “evidencias”. Por último trabajar los mensajes que mostrarán, en su caso, nuestra motivación para la posición.

Puedes hallar en muchos entornos (incluido mi blog) listados de las preguntas más comunes que suelen formularse en las entrevistas. En este caso sólo incorporo las que considero claves para mostrar tu nivel de motivación.

Actitudes:

  • ¿Qué buscas en el trabajo?
  • ¿Por qué quieres trabajar para esta organización?
  • ¿Qué quieres evitar en tu próximo puesto?
  • ¿Cuáles son tus objetivos profesionales a largo plazo?

Tu último puesto:

  • ¿Qué te gustó más (menos) del puesto?
  • Comenta algunos problemas que resolviste que otros habían ignorado.
  • Cuéntame qué cosas aprendiste en tu último puesto.
  • ¿Qué piensas de tu ex jefe?

Tú mismo:

  • Háblame de ti.
  • Si pudieras empezar tu carrera de nuevo, ¿qué harías diferente?
  • ¿Por qué dejaste tu último puesto?, ¿Porqué quieres cambiar ahora?
  • ¿Por qué crees que eres un buen candidato para este puesto?
  • ¿Cuáles han sido tus tres logros profesionales más importantes?

Para bien o mal, quienes toman decisiones contratan a personas que entienden que tienen las competencias y la motivación para el puesto, pero también que encajan con ellos mismos o con la cultura de la empresa. 

Las respuestas deben ser concisas, relevantes y centradas en el objeto de la entrevista. Evitemos extendernos en detalles. Si debemos dar una explicación larga es bueno exponerla en partes. Escuchemos todas las preguntas atentamente y respondamos con la máxima naturalidad.

Evitemos depender de la habilidad de tu entrevistador para “sacarnos” la información adecuada dado que no siempre nos vamos a encontrar ante entrevistadores profesionales, y prepararnos para ofrecer información adicional si las preguntas del entrevistador no nos permitir transmitir lo que hemos preparado previamente.

Por último no debemos de olvidar la necesidad de evitar:

  • Los conceptos banales como “aporte resultados» «creo añadir valor”. Hemos de mostrar datos.
  • Las incoherencias entre lo expuesto y las acciones. ¿Para qué decir que valoramos a nuestro equipo si no damos ejemplos reales de esta valoración?.
  • Hablar más de 3 minutos seguidos.
  • Entrar rápidamente sobre los temas salariales.

Y sobre todo ser conscientes de que nuestro interlocutor hoy probablemente sabe de nosotros mucho más de lo que dice y muestra.