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Desde hace muchos años tengo una cierta pasión y admiración por el pueblo Kurdo, creo que debida a que muestra una determinación por la supervivencia como pueblo que, vista desde la lejanía, parece admirable.

Dicho esto tengo que reconocer que estoy preocupado, como muchos otros supongo, por el crecimiento y desarrollo del llamado “estado islámico”. Sin embargo tengo que reconocer que, al margen de que las últimas noticias informan de su pérdida de influencia en los países en lo que ha logrado asentarse, como consecuencia de los frentes en los que tiene que lugar (Siria, Irak, etc) reconozco haberme tranquilizado en gran manera después de la lectura del artículo Bernard-Henri Lévy titulado “el estado islámico no ganará” publicado en El Pais el pasado domingo 13 de Septiembre del 2016 y cuya lectura os recomiendo. Os dejo aquí el enlace http://internacional.elpais.com/internacional/2015/09/10/actualidad/1441900979_328621.html

De él extraigo algunas frases como las siguientes:

“Afirmo que los cortadores de cabezas, los hombres de la bandera negra, esos bárbaros que se han erigido un remedo de Estado a caballo entre Siria e Irak, serán vencidos…. Serán vencidos porque son buenos terroristas, pero malos soldados….. Serán vencidos porque, contrariamente a lo que siempre se dice, no aman tanto la muerte como los kurdos aman la vida….Serán vencidos porqué sus jefes se esconden y envían al matadero a unos iluminados sin cerebro…. Y, finalmente, serán vencidos porque la coalición internacional que lucha al lado de los kurdos, ….. un día terminará asestando el golpe de gracia”.

No se si los hechos reciente ocurridos estos últimos días son el «golpe de gracia» a que se refiere Lévy en el artículo mencionado y no se si todo este problema se resolverá con una victoria de carácter militar.

Lo único que espero es que Lévy tenga toda la razón (de hecho aunque sea un hombre al que acompaña la polémica creo que es capaz de interpretar con sentido lo que ocurre en estos momentos en esta zona del mundo). Por ello una vez más, aprovecho esta tribuna para hacer una petición a nuestros líderes para que, una vez conseguida como parece la victoria militar se involucren activamente en la búsqueda de soluciones a este problema.

Un problema que, recordemos, algunos han identificado como el conflicto que puede llevar a la «gran guerra» del siglo XXI, aunque puede ser que ya estemos (con algunos paréntesis temporales) en ella.