Tiempo de lectura: 2 minutos

Nadie es imprescindible. Y ésta máxima que resulta válida para todo tipo de entornos es fundamental en los entornos profesionales. 

Lo importante es preocuparse por la propia empleabilidad.  Todos conocemos a personas de éxito (imprescindibles) hasta individuos que “teóricamente” aportan poco valor. También hemos podido comprobar que a menudo resulta mucho más compleja la sustitución de una recepcionista o de un vigilante de seguridad que la de un director general.

Los afectados por los procesos de reestructuración y todos los sobrevivientes que continúan con un empleo saben que hoy nadie tiene un puesto de trabajo asegurado. Paralelamente todos somos conscientes que, aunque no nos afecte una reestructuración no es suficiente cumplir con las obligaciones formales. Hoy todos debemos de ser conscientes de nuestra “prescindibilidad”. Finalmente lo relevante es la actitud: ante el cliente y la consecución de resultados.

He aquí algunas orientaciones que te ayudaran a “convertirse en imprescindible”.

Soy importante, no el mejor. ¿Qué aporto?…. es la primera pregunta que debe responderse el profesional que desee colgarse el cartel de imprescindible. Recordemos la máxima: nadie te va a pagar por lo que sabes sino porque lo sabes hacer con lo que sabes. Esto quiere decir que únicamente sólo aquellos  cuyo esfuerzo tiene impacto en la cuenta de resultados son imprescindibles.

Ser proactivo. Debemos ser proactivos e intentar incrementar, en la medida de lo posible, el valor de nuestro puesto de trabajo. Sólo lo puestos que aporten valor serán considerados sin discusión dentro de la organización.

Hacerse ver.  Podemos hacer muy bien las cosas pero nuestro esfuerzo puede pasar inadvertido si no somos capaces de vendernos de forma adecuada.

Conocer y determinar lo que se espera de nuestro trabajo. Debemos mostrar interés por saber qué se espera de usted. Para ello debe pedir un feedback de formar regular, conocer los objetivos y expectativas que tu jefe tienes sobre ti y ser autoexigente para intentar superarlas.

Evitar los conflictos. El conflicto con los compañeros dificulta la relación y entorpece la consecución de buenos resultados. Y, la disconformidad con tu jefe… puede poner en riesgo su puesto de trabajo.

Y, por si acaso. No dejar de trabajar tu networking personal. Relacionarse y comunicarse con potenciales empleadores puede ser una baza muy importante si alguna vez dejas de ser imprescindible.