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No puedo resistirme a escribir sobre la catástrofe ocurrida en Japón en los últimos dias. Hablo en pasado cuando probablemente lo más fuerte del impacto en materia de energía nuclear está todavía en fase de resolución.

Veremos que ocurre finalmente con la central atómica de Fukushima.

No sé si Japón va a salir reforzado o no (probablemente es uno de los países más preparados culturalmente para superar colectivamente este tipo de adversidades) sin embargo el pasado muestra que ante hechos similares el pueblo japonés se ha unido y ha conseguido convertir la tragedia en oportunidades.

Sin embargo me pregunto si el gobierno japonés tiene el liderazgo necesario para dirigir a un país que debe superar el duro impacto que se suma a una crisis más estructural que se ha cebado en el país que parecía, hace tan solo 10 años, que iba a ostentar el liderazgo del mundo. Japón sigue sin recuperarse de la crisis de los 90 (muchos comparan la actual situación española con lo ocurrido en Japón) mientras sigue a la búsqueda de las soluciones y de los líderes que le permitan terminar con una situación económicamente plana. Si Japón es capaz de encontrar estos líderes probablemente una vez más sería verdad el enunciado de esta nota en lo referido a la transformación de crisis en oportunidades.

Y todo ello en un momento en el que China le acaba de desplazar del tercer al cuarto puesto en el ranking de las economías. Por tanto probablemente lo ocurrido llega en el peor momento. Por cierto una frase que creo es además de origen japonés.

De todas formas sigo teniendo esperanzas. Como afirmaba Emilio Ontiveros en el País “el resultado final dependerá finalmente de la capacidad de la sociedad japonesa para recuperar la confianza en sí misma y en la clase política que habrá de gestionar el desastre”. Parece que se esté refiriendo a una situación para nosotros muy próxima. ¿No?