No se si compartiréis conmigo la sensación de que muchos profesionales que pierden el empleo se lanzan a la aventura de emprender sin valorar los riesgos que el hecho de emprender significa.
Muchos lo hacen, además, con total desconocimiento de lo que significa ser empresario. La probabilidad de fracaso, en estas circunstancias, se incrementa sustancialmente.
Para iniciar tu propia empresa “tienes que dedicarle las 24 horas los 365 días del año, y si no estás dispuesto a ello, más vale que no lo intentes porque sino no tendrás éxito ”. Esta frase de Charles Handy es clave. Creo que resume perfectamente lo que supone convertirse en un emprendedor.
Aunque hoy el emprendimiento es hoy es de una parte una necesidad social y de otra una opción más para muchos jóvenes a los que no les resulta fácil acceder al mercado de trabajo, no todo el mundo «tiene» las motivaciones y el valor que hay que tener para convertirse en un emprendedor. En todo caso ser emprendedor exige disponer o adquirir unas capacidades diferentes de los del resto de profesionales que nos podemos encontrar en el mundo laboral. Hoy sin embargo es posible encontrar emprendedores por vocación y emprendedores por obligación.
Sea consecuencia de un proceso vocacional o de una obligación la primera característica que identifica a un emprendedor es su compromiso total con sus propios “sueños” o “proyectos”.
Y, no nos olvidemos, de la capacidad de dirigirse a sí mismo. Esta es otra de las características básicas que suelen tener los emprendedores. La capacidad para tirar de sí mismos (o lo que es lo mismo no necesitar de un jefe). Ello exige no sólo tener la iniciativa para emprender un nuevo proyecto sino también la motivación para llevar a cabo todas las acciones para conseguir los resultados. También asumir las dosis de responsabilidad necesarias para superar los retos que, sin duda, se va a tener que afrontar en el camino.
Crear e innovar son elementos básicos para el éxito de un proyecto empresarial. Aunque hoy parece que todo esta inventado siempre es posible encontrar un “hueco” para el desarrollo de un negocio. No sólo es necesario “soñar” un proyecto empresarial, sino adaptar este proyecto a su entorno para que tenga el éxito deseado.
Igualmente destacan por su perseverancia y por tanto por no renunciar ante los primeros fracasos. Pero esto no es lo único, la vida del emprendedor no es fácil, debe estar continuamente en la búsqueda del retorno de la información y comprobando que sus decisiones son las acertadas- Ello exige controlar y superar los problemas con los que se puede encontrar. Para ello es necesario aceptar el riesgo, el error, y no temer al fracaso. http://www.youtube.com/watch?v=dmdVvGmUNCs
El emprendedor precisa disponer de la energía, la confianza en si mismo y, sobre todo, del optimismo y el entusiasmo para hacer realidad los sueños.
Cuando nos encontramos ante una persona emprendedora, que además de estas cualidades tiene una visión clara sobre los objetivos de su proyecto, conoce el entorno, tiene el instinto para saber hacia qué oportunidades de mejora ha de dirigir su proyecto, y además es capaz de poner al factor suerte a su lado es posible que nos encontremos no sólo ante un emprendedor, sino ante un empresario de éxito.
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