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Sólo mejorando la capacidad y la flexibilidad de las personas seremos capaces de ayudarlas a responder mejor a los retos que les plantee el futuro. 

Si analizamos históricamente la distancia temporal entre las diversas revoluciones “industriales” que hemos vivido en los últimos 2/3 siglos constatamos que la distancia temporal que va de una a otra se ha ido reduciendo y si de la primera a la segunda transcurrió un siglo, de la tercera a la cuarta han pasado poco más de 30/40.

Esta aceleración y la presencia de los elementos que integran la que ya se conoce como 4ª revolución industrial nos está llevando a vivir cambios radicales provocados tanto por la implantación de la tecnología y la robótica como por las propias demandas que genera como de las nuevas competencias que este mismo proceso provoca.


La digitalización es ya hoy una realidad tanto en el entorno organizativo como en la vida personal y obliga a un replanteamiento y actualización del concepto de empleabilidad.


Recordemos que mientras informes que parecen fiables de la propia OCDE pronostican que nuestro país (por la propia dinámica económica y la realidad de nuestro mercado de trabajo) va a ser uno con los mayores impactos en materia de empleo, análisis que parecen también objetivos afirman que hoy mismo, solamente en el sector de las nuevas tecnologías, hay 100.000 puestos por cubrir y que muchos de ellos terminaran bien no cubriéndose o siendo ocupados por profesionales procedentes de otros entornos geográficos.

Si resulta cierta la afirmación de Klaus Schwab, cuando afirma que una de las características claves de esta 4ª revolución industrial en la que “no va a cambiar lo que hacemos sino lo que somos” ello exige a los profesionales atender, aunque probablemente desde unos planteamientos distintos, al cuidado de su propia empleabilidad. Un cuidado que, probablemente, debe centrarse en menor medida en los factores hard para dirigirse a la mejora y el desarrollo de los factores soft como capacidad de adaptación, flexibilidad, la creatividad y la voluntad para el aprendizaje continuo.

Estas últimas reflexiones están inspiradas por el Informe del Grupo Persona sobre empleabilidad accesible en http://dp.hpublication.com/publication/2239553a/mobile/

En esta misma línea de análisis os invito a acceder al link http://www.mckinsey.com/global-themes/future-of-organizations-and-work/the-digital-future-of-work-what-skills-will-be-needed? en el que encontraréis un excelente video que plantea cuales son las competencias que deberán de tener los trabajadores/empleados/profesionales del futuro.