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Para contestar a esta pregunta os propongo que toméis en consideración la definición del concepto de empleabilidad que propone Inés Temple.

Inés, manager de la filial peruana de LHH, define el concepto de empleabilidad como “la capacidad de mantener nuestras competencias, conocimientos y red de contactos al día para tener siempre el poder de decidir sobre nuestro proyecto de carrera”. Una reflexión a la que podéis de forma completa en el link siguiente: http://ticsyformacion.com/2015/10/03/mejorando-nuestro-nivel-de-empleabilidad-infografia-infographic-empleo/

Otra alternativa es seguir la definición que formula la 23 edición del diccionario de la Real Academia de la Lengua que describe el concepto de empleabilidad como “el conjunto de aptitudes y actitudes que permiten a una persona conseguir y conservar un empleo”. Y la última es la de que accedáis al conjunto de contenidos y comentarios que sobre este concepto llevo incorporando en este blog desde 2008. Para ello sólo debéis de escribir este concepto en el buscador que aparece en la home.


En otras palabras, como profesionales hoy, debemos tomar consciencia de que clave fundamental de nuestro desarrollo, es la capacidad para desarrollar y potenciar nuestra propia empleabilidad.


O sea, disponer de la actitud adecuada para disponer de una visión objetiva sobre nuestras propias competencias y capacidades, mantener una mirada curiosa y activa sobre lo que ocurre en el mercado, estar receptivos al reciclaje permanente y saber comunicar/relacionarnos con los demás.

Disponer de un alto nivel de empleabilidad exige:

Tener confianza en nosotros mismos y en nuestras propias capacidades. Esto significa conocer las propias capacidades, evitar el autoengaño y tener una visión positiva y optimista sobre ellas.

Definir objetivos claros, posibles y alcanzables. Si no tenemos un objetivo claro y concreto no obtendremos resultados. Recordemos aquella máxima de que no es posible matar un elefante con una “escopeta de perdigones”. Hemos de mostrar dónde queremos ir y emplear una estrategia clara, lógica y comprensible para conseguir nuestros objetivos.   

Centrarse en potenciar/desarrollar nuestros puntos fuertes. Exige escoger las áreas de mayor competencia y centrarnos en su desarrollo. Es mucho más fácil y eficiente mejorar nuestras competencias que adquirir las que no tenemos.

Crear una marca personal que nos distinga. Si conseguimos diferenciarnos es mucho más factible que surjan las oportunidades. Hemos de poner el foco en objetivos posibles y realistas, comunicarlos bien y orientar las acciones y mensajes en su consecución.

Saber hacer uso “inteligente” de nuestros contactos y relaciones. A pesar de todos los cambios que estamos viviendo hemos de tener el convencimiento de que el buen manejo de la “red de contactos” sigue siendo el medio clave para el desarrollo con éxito de una trayectoria profesional.

No mirar sólo al exterior de la organización en la que nos encontramos. Muchos profesionales cometen el error de estar siempre con el foco puesto en la búsqueda de oportunidades en el exterior de las organizaciones en las que trabajan. Esto es un error grave. Muchas veces las oportunidades de desarrollo están dentro de la propia empresa.

Y la última: Si estamos “out” no nos sintamos como un desempleado sino a “caballo entre dos alternativas”. Los tiempos en los que un candidato sin empleo era descartado automáticamente han terminado. Hay muchas cosas que podemos hacer “durante” y muchas más que podemos aportar (empezando por una mayor flexibilidad) para incrementar nuestra empleabilidad.

Recordad: Empleabilidad es sobre todo una actitud.


Os recuerdo que si queréis formularme alguna consulta podéis hacerlo a través de la sección Orienta de mi blog