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En la entrevista que comentaba en mi anterior entrada, Alex Pattakos nos recomendaba: «intenta ser la persona que tu perro cree que eres».

No olvidemos que lo decía con la intención de que lo apliquemos en la relación jefe-subordinados. Pues bien, las recomendaciones de Pattakos que se extraen de la entrevista que publicó, hace unas semanas, el Magazine de la Vanguardia todavía van más allá.

En este caso, Pattakos nos muestra como una situación trágica puede derivar en un aprendizaje que resultará vital. No me entretengo: «Perdonar significa dejar el sufrimiento. Tiene más que ver con nuestro propio bienestar que con el de la persona a la que perdonamos. Mire, yo le recomendaría a mucha gente que perdonara a su jefe por ser un idiota, un déspota que se cree más listo que nadie y que no respeta la experiencia de sus empleados».

Estoy totalmente de acuerdo con Alex que, además, añade: «el perdón es la llave que abre tu cárcel mental y te libera, te da el control porque cuanto más enojo o ira tengas hacia los otros, más poder tienen sobre ti. Le contaré otra historia. Tenía que ir a dar una charla al profesorado de un colegio en Estados Unidos. La noche anterior, uno de los profesores y el alumno que estaba recibiendo clases de conducción de dicho profesor murieron en un accidente. Llamé al director, pero no quiso cancelar la charla, así que al comenzar pedí a los profesores que escribieran las diez cosas positivas de esas muertes.

Todos pensaron que estaba loco, pero, pese a ello, escribieron cosas como que se había reforzado el sentimiento de unidad entre profesores, padres y alumnos para trabajar juntos en el futuro, que iban a cambiar la fórmula de las clases de conducción, que habían tenido la oportunidad de hablar con los estudiantes acerca de lo que significaba la pérdida de un ser querido».

Evidentemente Alex consiguió ganarse el respeto y la admiración del auditorio. En cualquier catástrofe hay un aprendizaje. ¿No?