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En la actualidad por cada oferta de empleo existente en el mercado de trabajo abierto pueden postularse 25/30 potenciales candidatos dispuestos a dar lo mejor de si mismos para conseguir el puesto. A menudo el perfil profesional de todos ellos es extremadamente similar.

Por esto surge la necesidad de crear una entidad diferencial propia que permita a cada candidato resaltar los aspectos o rasgos únicos e intransferibles de cada uno y posicionarse como el mejor para responder a las necesidades de la empresa contratante. A esto se refiere el concepto de empleabilidad. Sólo este posicionamiento diferencial puede permitir romper el círculo perverso de los procesos de reclutamiento.

Cuando el número de puestos se reduce, cuando existen un mayor número de oponentes (competidores), el factor básico para ser el candidato escogido no es ni la formación, ni la experiencia, ni la capacidad de venta de uno mismo. El factor fundamental es la suma de todos ellos, o sea, aquello a lo que identificamos como empleabilidad y que se basa en aquello que me hace diferente y que me permite situarme mejor que el resto de candidatos que puedan postularse a la posición.

Diferenciarse es clave como factor de empleabilidad pero es también relevante estar al tanto de los impactos que esta diferenciación genera.

Muy a menudo esta entidad diferencial es difícilmente creable. Otras veces hará falta un proceso de exploración interna y de reinvención de uno mismo. Los profesionales en el concepto de “marca personal” afirman que de modo similar a una determinada marca o producto es perfectamente posible crear una marca individual. La preguntas claves son: ¿cuál es nuestra marca? y la segunda ¿Le estamos sacando partido?

El prestigio de una persona (tu marca personal) se construye con el tiempo y resulta muy complejo cambiarla o modificarla. Otras veces adopta vida propia y es difícilmente manejable por uno mismo. Sin embargo es un aspecto que cada vez más adquiere valor con motivo de la proliferación de los soportes virtuales, redes sociales etc.

Todo profesional y directivo debe de estar preocupado por su marca personal y la “huella” que está dejando en la red ya que cada vez más esta huella se hace más presente y es más difícil manejarla.