Voy a permitirme usar como titulo de esta entrada el del articulo que Pedro Nuevo ha publicado hoy en la Vanguardia.
Y quiero destacar una de sus frases, “entre la falta de liderazgo de quienes nos gobiernan, nuestro pasotismo como ciudadanos y la irresponsabilidad de algunos líderes sindicales y activistas, nos estamos cargando el país como enorme potencial que nos dejaron nuestros padres. Pasaremos a la historia por esto”.
Soy consciente de que nuestros padres estuvieron trabajando toda su vida para construir un futuro mejor, lamentablemente una cultura del trabajo y del esfuerzo que hoy probablemente se ha perdido y que no nos va a acarrear más que grandes problemas. Hasta cierto punto esta claro que nos estamos destruyendo como colectivo y que no parece que seamos capaces de superarnos en este proceso que probablemente se está convirtiendo como algo irreversible, sin que ni nuestros líderes ni, lamentablemente, nosotros mismos sepamos muy bien valorar sus consecuencias.
El pasado viernes asistí a la entrega del premio del Foro de La Nueva Economía al presidente del Consejo Europeo Herman Van Rompuy. Recuerdo en estos momentos dos de los mensajes de su discurso uno referido a que “debíamos de coger el toro por los cuernos” y otro en el que hizo mención a que teníamos que ser conscientes de que la situación generada por el desarrollo inmobiliario era irreal y que deberíamos de adaptarnos como colectivo a una nueva situación en la que iba a ser imposible continuar con el mismo modelo. Por cierto un modelo en el que además disponíamos de fondos europeos estructurales que nos han permitido crecer más o menos 1 punto más de PIB del que nosotros crecíamos por nuestro propio esfuerzo.
Es probable, como hoy mismo comentaba Guillermo Cisneros en nuestra comida en Madrid, que podamos superar el problema del impacto inmobiliario en nuestras cuentas y en nuestra economía, que inclusive seamos capaces de superar el positivo impacto que los fondos europeos han supuesto para alcanzar el nivel de desarrollo que tenemos, pero ¿seremos capaces de hacer los cambios culturales que precisamos?.
Aquí mi reflexión enlaza con el comentario de Pedro. Espero, y creo también que él lo espera así. ¡Que nuestro pesimismo hoy no termine convirtiéndose en una realidad!
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