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Este es el gran debate que ya tenemos (o deberíamos de tener) encima de la mesa en materia de empleo. Y es lo que diferencia a las visiones que denomino pesimistas (destruir) de las optimistas (modificar).

Un tema al que ya me he referido en otras ocasiones. Por ejemplo en http://pauhortal.net/blog/transformacion-e-impacto-en-el-empleo-2/ y en que hago referencia a diversos referentes en las dos visiones/perspectivas. Parece que existe un cierto consenso, de todas formas, sobre el hecho de que se generará un gran impacto a corto plazo pero que éste sin duda puede llegar a corregirse a medio/largo plazo. La discusión está centrada es si se podrán recuperar todos los empleos que se destruyan a corto plazo.

Hoy ya nadie niega que estamos en presencia de una revolución tecnológica (cuarta revolución industrial). Un proceso que, a diferencia de los tres anteriores basados, respectivamente, en la máquina del vapor, la energía eléctrica y la electrónica, estará centrado en la Inteligencia Artificial.

“Como es habitual, las grandes instituciones observan con (retraso lo que es una evidencia). Un retraso que en otras ocasiones ya supuso un rotundo ridículo. En 2006 cuando Nouriel Roubini anunció ante el FMI que se avecinaba un desastre económico monumental (el resultado final es conocido por todos) las risas y abucheos todavía resuenan. Los llantos posteriores también. Ha llovido mucho y el acercamiento muchas veces interesado y epidérmico a una Nueva Economía de este tipo de organismos está sujeto a intereses creados…. No les gusta y se nota (pero) el peso de lo irremediable es mayor que el amortiguador de los interesados. Lo grave es que ahora el discurso es tremendamente maniqueo». Argumentos de Marc Vidal accesibles en https://www.marcvidal.net/blog/2018/1/19/las-claves-del-empleo-en-el-futuro-inmediato-dnde-cmo-quin-y-qu

Todos podemos acceder diariamente a multitud de argumentos sobre el futuro e inclusive sobre un futuro sin empleos. «Pero a la vez que alarman como para retener instintos, no parece que se lo tomen demasiado en serio. Como siempre pasó, la idea de que todo eso sucederá dentro de mucho tiempo parece alejar la urgencia por abordarlo”. El planteamiento de Marc es el de que mientras el conjunto de Instituciones multinacionales y nacionales y los ámbitos públicos de todo tipo toman nota del cambio, lo analizan y empiezan a actuar, la realidad siempre va más rápido generando modificaciones sustanciales sobre el concepto de empleo. Unas modificaciones que, tendrán un impacto relevante en los niveles de empleo a corto plazo, y que exigirán cambios sustanciales en el concepto de bienestar social, generando en todo caso nuevas necesidades laborales a medio/largo plazo.


Lo que es más relevante es que tendrá unas dimensiones poco conocidas en los procesos anteriores, y que modificará sustancialmente muchos de los elementos clave de la vida humana.


Un mundo para el que no estamos probablemente preparados y que demanda la presencia de nuevas capacidades y competencias. Un entorno en el que la relación personas y las maquinas será cada vez más relevante y que modificará muchos de los entornos laborales como ahora conocemos. Sin embargo debemos no perder de vista que «nunca seremos más eficientes y productivos (para hacer determinadas tareas) que un robot, por eso deberemos (..) a aprender cómo ser más humanos y a proporcionar un valor que será un bien preciado en las empresas del futuro. Preparémonos para ser más humanos gracias a los robots”

Francamente no sé muy bien en donde me sitúo personalmente. Probablemente en una categoría intermedia que no sé muy bien como denominar. ¿Qué os parece si la denominamos los -excépticos-? Porqué en definitiva creo que el ser humano, a pesar de que tiende a tropezar en la misma piedra, siempre termina por encontrar soluciones a sus problemas. Sin embargo reconozco que el impacto en nuestras vidas y en el empleo va a ser (está siendo) brutal y por ello exijo un mayor compromiso personal y social en atacar esta realidad.

En este mismo sentido Luis Garicano formulaba sus hipótesis y preguntas en un artículo publicado en El Pais accesible en https://elpais.com/economia/2018/07/26/actualidad/1532615734_827296.html “Existe una enorme preocupación, (..) sobre los efectos del cambio tecnológico sobre el empleo. Y, sin embargo, la automatización lleva ya años eliminando miles de empleos sin peligrosas consecuencias sociales (y la pregunta es) ¿Cabe esperar que la inteligencia artificial, que sustituirá muchas de las tareas humanas, aumente también el nivel de empleo, pese a los muchos miedos en nuestras sociedades? ¿Tras esta revolución, nos quedará algo que hacer, o nos condenará inevitablemente al paro tecnológico?


La clave, de lo que ya denominamos como cuarta revolución industrial, reside fundamentalmente en la sustitución del trabajo humano por elementos/maquinas/robots etc. creados por la inteligencia artificial. 


Y comportará que muchas de las actividades hoy desarrolladas por seres humanos sean realizadas de mejor forma, más rápida y eficiente por máquinas. Vamos ser capaces de reenfocar, retrasar, adaptar, e incluso frenar el proceso pero recordemos que -no podemos poner puertas al campo-. “El impacto inmediato de este cambio es evidente: una caída de la demanda del factor trabajo” un efecto que muchos especialistas denominan (el propio luis lo hace) como -efecto desplazamiento-. Sin embargo, existen tres efectos clave que pueden llevar a que la demanda final de trabajadores aumente. En qué condiciones esto se produce es lo importante de este análisis”.

Luis concentra su análisis en lo que denomina “efecto productividad”. “Al reducirse el coste de producción, se reducen los precios de (potencialmente) un gran número de bienes y servicios, lo que aumenta la riqueza de las sociedades y su demanda. Este aumento se puede producir en el propio sector que ha experimentado un aumento tecnológico, o en la economía en su conjunto” Ahora bien la cuestión a formularse es la siguiente: «¿Cuándo es este efecto de “productividad” lo suficientemente fuerte para dominar al desplazamiento?»

Es en este punto en el que se produce el resultado más interesante del análisis.»Supongamos primero una tecnología suficientemente (válida) para automatizar ciertas tareas y desplazar a la mano de obra en ellas, pero no lo suficientemente avanzada para implicar una fuerte caída de los costes. Claramente, esta tecnología supondrá una caída de la demanda de mano de obra mediante el efecto desplazamiento”, pero no aumentará significativamente la riqueza de las familias y por tanto no llevará a un aumento compensatorio”. Si por el contrario imaginamos “una tecnología realmente revolucionaria. Cierto, las máquinas desplazarán a los trabajadores. Pero la fuerte caída de los costes de producción (…) llevará a un fuerte aumento de la riqueza disponible de las familias, a un aumento de la demanda, y a un aumento de los salarios y del empleo”.

Constatareis que tanto Marc como Luis tienen una visión optimista del futuro del empleo lo que no impide que muchos otros no compartamos al 100% esta visión y más si tomamos en cuenta lo que ya vaya a ocurrir a corto plazo. ¿Tendrá sentido todo esto?. ¿Vamos a poder seguir con el criterio de que los individuos tengamos la opción/obligación de dejar las actividades laborales a los 65 años?, ¿Vamos a mantener una estructura de puestos de trabajo (empleos) sin sentido o es mejor reducir a la mitad la jornada de trabajo con objeto de mantener el volumen de empleo? ¿Qué cambios vamos a tener que implementar en los procesos de formación y/o aprendizaje para permitir el acceso a los nuevos empleos?… etc.

Ya me he referido repetidamente en este blog a estos problemas y he manifestado mis posiciones al respecto. Lo que nadie puede negar es que estamos asistiendo a la desaparición y sustitución de empleos que provocará que importantes bolsas de trabajadores queden en situación de marginación social. Es posible que la inteligencia artificial nos permitan personalizar determinados servicios (como la educación y la medicina hasta cotas inimaginables hoy), y que ello derive en grandes volúmenes de nuevas actividades o empleos. Sin embargo, nadie duda que al ser el cambio mucho más rápido que en las revoluciones industriales vividas hasta hoy, requerirá una más rápida adaptación de los recursos (entre ellos los humanos) y supondrá que muchos verán simplemente destruidos sus empleos sin posibilidad de acceder las nuevas competencias que demanden los nuevos empleos. 

Vamos a verlo muy pronto. Vamos a ver como se modifican o destruyen muchas de las actividades productivas en el que hoy estamos inmersos. La lista es larga y esté en la mente de todos. Lo que vaya a ocurrir después dependerá del grado de preparación/madurez social que seamos capaces de implementar. Nos queda poco tiempo.