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La clave fundamental para una entrevista de “calidad” es la de crear una relación de cordialidad que induzca al candidato a ser espontáneo, elimine sus prevenciones y ofrezca una visión objetiva de sí mismo. 

Facilitando un contexto agradable y cómodo al candidato el entrevistador obtendrá respuestas menos controladas y más abiertas. Las técnicas destinadas a conseguir este contexto variarán en función de la personalidad del entrevistador pero generalmente se puede conseguir siguiendo estrategias como: Uso de una mesa redonda para la entrevista. Mantener un tono cordial y ofrecer alguna bebida. Iniciar la entrevista con una charla informal: tiempo, aficiones etc. Finalmente se trata de mantener un entorno agradable y no excesivamente formal.

Terminada la fase de “rotura del hielo” el entrevistador debe iniciar la conversación formal con una pregunta introductora de amplia cabida que ha de permitir al candidato hablar libremente. Posteriormente se entrará en el meollo de la cuestión.

Los errores más importantes en la conducción de una entrevista son: Escasa preparación y dejarse llevar por las primeras impresiones. Irse por las nubes y tratar cosas no sustanciales. Dar consejos o sugerir las respuestas. Formular preguntas teóricas y mantener prejuicios y estereotipos. Pero la más relevante es la de no motivar e interesar al candidato.

Finalmente es clave destinar, después de la entrevista, un tiempo para la reflexión y para evaluar la información obtenida, interpretar los hechos, sopesarlos y establecer un plan de acción posterior. Es muy importante tomar nota de las cuestiones personales que todos tendemos a olvidar rápidamente y hacer una resumen escrito de las observaciones. Una buena estrategia final es la terminar el proceso intentando valorar a cada candidato en cada una de las características siguientes:

-¿Es capaz de sacar las conclusiones adecuadas a un problema?.

-¿Es capaz de gestionar adecuadamente su propia carrera?.

-¿Cuál es su capacidad de escucha y de tratar información clave?.

-¿Posee capacidad para la comunicación. Sabe transmitir sus ideas con claridad, equilibrio y persuasión?.

-¿Tiene definidos sus objetivos profesionales. Sabe automotivarse y está dispuesto a asumir nuevos retos?.

-¿Es capaz de mantener el control en situaciones de estrés?.

-¿Sabe transmitir una buena imagen de sí mismo?.

-¿Sabe motivar y dirigir sin utilizar la autoridad?.

-¿Es capaz de preveer situaciones y problemas?.

-¿Sabe asignar tareas y responsabilidades?.

Gestionar bien la entrevista de selección es el primer paso y probablemente uno de los más fundamentales para el éxito posterior del proceso de integración y adaptación del candidato en el contexto organizativo.