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Resulta imposible predecir el futuro. De la misma forma que es imposible planificar en las organizaciones a más de tres años parece bastante improbable que podamos planificar nuestra trayectoria a largo plazo.

Cualquier intento de predecir el futuro tiende al fracaso. El mundo del empleo ha cambiado y excepto en los ámbitos de la administración pública (y aún en ella no sabemos durante cuánto tiempo) necesitamos una nueva y completa definición para el concepto de evolución de una carrera. Los términos que van sustituyendo al concepto tradicional de carrera son los siguientes:

Auto Desarrollo. Para los jóvenes que inician su trayectoria profesional en este momento, el concepto de carrera es algo obsoleto o que no tiene ningún interés y sentido.  Como mucho supone una visión de auto desarrollo y un intento de ir avanzando paso a paso hacia una vida más feliz. A menudo el desarrollo de una carrera falla debido a los irreales deseos y sueños. Resulta imprescindible tener una visión clara sobre nuestras capacidades, necesidades y aspiraciones profesionales.

Es por esta razón que la táctica de ir paso por paso es importante. Finalmente en el desarrollo de nuestra trayectoria van a influir factores endógenos (capacidad, conocimientos y competencias) como exógenos (red de contactos, entorno familiar, suerte, etc). Sin embargo la capacidad de influencia personal en el desarrollo de una carrera es hoy mucho más relevante que hace 30 años.

Empleabilidad. La responsabilidad de la carrera se traspasó, a partir de la década de los 80, de las organizaciones a los propios individuos. Tu valor del mercado (empleabilidad) como individuo se basa en lo que alguien estaría dispuesto a pagar por tus conocimientos y experiencia. Para ello es evidente constatar que el mercado laboral no está sólo fuera de tu actual organización. Tu actual jefe, la empresa en la que trabajas, son claves para tus propias oportunidades de empleo y de desarrollo.

Aquí resulta pertinente formularse cuestiones como: ¿Crees que sigues siendo igual de valioso para la empresa como cuando te contrataron? O por el contrario, si tu actual puesto de trabajo saliera publicado en un anuncio en los medios o en un portal de empleo y tú te postularas a él, ¿crees que serías el candidato elegido?

Adaptación. Adáptate al rol que desarrollas en este momento y que este se adapte a ti. La evolución de una carrera profesional se basa en ir consiguiendo tareas y responsabilidades que se adaptan a tu propia evolución personal. La clave está en saber encontrar el trabajo adecuado, aquel en el que puedas demostrar tus talentos naturales, tus puntos fuertes personales y tus habilidades profesionales.

Ser capaz de encontrar un puesto de trabajo donde puedas experimentar y sentir el éxito personal teniendo la oportunidad de crecer tanto profesionalmente como humanamente es clave para el éxito y para tu satisfacción y motivación personal. La evolución de una carrera profesional se basa en encontrar el equilibrio justo entre uno mismo y  el rol profesional que desempeñamos.

Equilibrio. Finalmente, desarrollar una carrera profesional equilibrada se fundamenta en conseguir el equilibrio justo entre tu trabajo y tu vida personal. Por lo tanto, debes sentir que tienes suficiente tiempo y energía para ambos. El éxito exige “estar en forma” y conseguir el equilibrio tanto en los aspectos físicos, mentales y sociales. Es necesario aprender a cuidar de estas tres partes de tu bienestar  como la mejor precaución para no quemarse.

Todo lo mencionado anteriormente, requiere un buen conocimiento de uno mismo, y una visión clara acerca de lo que deseamos de nuestra vida en un futuro. Ahora y siempre, conviene parar un momento y reflexionar, analizarse uno mismo con la ayuda de papel y lápiz, de nuestro ordenador o de un buen profesional de la orientación y/o coachingr. Es por ello que un buen conocimiento de uno mismo es la base para una evolución profesional. Para ello resulta necesario contestar objetivamente a estas cuestiones:

¿Cuál es mi foco en la competencia profesional? Analizando tus propias  experiencias y logros puedes destacar cual es el foco de tu competencia. La competencia es algo que tú has ido desarrollando con el tiempo y has utilizado con éxito. Está comprobado. No es sólo algo lejano que has leído o escuchado en los seminarios.

 ¿Cómo podría describir mi personalidad? Analiza cuales son tus talentos naturales, cualidades y defectos, valores y prioridades. Los aspectos personales dicen mucho sobre que clase de trabajo es el más adecuado para ti y en que tipo de entornos conseguirás mejor un equilibrio, la satisfacción y la felicidad personal. Si no podemos transformar a un lanzador de pesas en el mejor corredor de los 100 metros, es prácticamente imposible convertir a una persona impaciente y activa en un meticuloso contable.

 ¿Qué es importante para mi en el trabajo? ¿Qué me motiva? Piensa acerca de tu actual trabajo y puestos anteriores, así como proyectos que has realizado y pregúntate a ti mismo en cual y en qué de cada uno de ellos has disfrutado y que aspectos no te han gustado. Quizás encontraras un modelo a seguir, o sea, tus áreas de motivación.

Después de este análisis debes reflexionar acerca de lo que siempre habías imaginado, tu visión, y la de tu familia, sobre como hubiese sido de diferente tu vida, digamos de hace tres años hasta ahora, si las cosas han resultado como tu esperabas. Sólo después de haber creado tu propia visión, puedes empezar a pensar sobre tus objetivos, prioridades y acciones paso a paso.

Planificar tu carrera profesional empieza de la misma manera que leer un mapa, definiendo dos puntos: donde estoy actualmente y donde quiero estar en el futuro, y aún así recuerda que es muy complicado prever el futuro a más de 3 años.