Tiempo de lectura: 2 minutos

Después de trabajar durante más de 18 años miles de profesionales en proceso de búsqueda y constatar los diferentes tipos de respuesta, detectamos tres actitudes frente a la pérdida empleo.

  • «Esto no es real»

Esta situación pertenece a aquel que se niega a asumir que ha perdido el empleo. Normalmente, es el candidato que lleva muchos años en una misma compañía, que se ha vinculado excesivamente a ella, que posee unas competencias poco atractivas para el mercado, que no puede comprender las razones que han llevado a su organización a prescindir de él y que creía que esto no le podía ocurrir jamás. Es fácil reconocer a este tipo de buscador de empleo. Los profesionales los identificamos rápidamente porque transmite una sensación de nerviosismo e intranquilidad.

  • «No me merezco esto»

Aquí, se trata del caso totalmente opuesto. No sólo acepta la realidad de la situación sino que «el mundo se hunde». Consumirá inicialmente todas sus energías revisando lo que él ha hecho por la empresa, contabilizando las horas que trabajó, los favores que hizo a sus compañeros y jefes. Vive en el ayer y no conecta con la realidad. Está completamente resentido. Ante cualquier pregunta siempre vuelve a explicar su pasado, lo bueno que era, lo que hizo por la empresa. No cambiará hasta que no se aplique a sí mismo la fábula de las dos moscas caídas en un vaso de leche.

  • «Soy bueno, esto es un accidente, pero a mi el mercado me desea»

Normalmente, son los candidatos más difíciles, en otras razones porque inicialmente nos ven con superioridad y no reconocen su situación. Todo esto se agrava, si como resulta posible, obtienen rápidamente pistas profesionales de interés. Tienden a construir un mensaje no ajustado a la realidad sobre las circunstancias que les han llevado a esta situación. Le es fácil iniciar la labor de búsqueda ya que han hecho en el pasado favores a mucha gente pero sólo reciben «palmaditas en la espalda».