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Hace unas semanas, os hacía llegar en estas mismas líneas mi más profunda indignación. Todo respondía a que acababa de descubrir que tecleando ‘Pau Hortal’ en Google, aparecía una entrada -rotundamente falsa- con un supuesto comentario mío publicado en un Blog de El Economista con unas ideas que no merece la pena recordar.

Pues bien, después de movilizarnos hemos conseguido que se elimine el citado comentario que consideraba atentaba contra mi dignidad por cuanto se vertían en mi nombre ideas y criterios que no respondían a mis pensamientos.

Ahora bien, en pleno proceso de investigación, he podido conocer que en EE.UU. la empresa Reputation Defender -por una tarifa de 20 euros al mes- se compromete a buscar y eliminar toda la información que sobre cada uno aparece en la Red. Sin embargo, esta empresa sólo se dedica a particulares y no empresas.

Es evidente que en un medio en el que domina la libertad -como Internet- es posible que alguien se ‘aproveche’ de esta libertad para un uso erróneo y tendencioso. Por ello, sería importante restringir estos usos ‘parciales’ e inclusive arbitrar un sistema de control y ‘castigo’ por este tipo de abusos. Mientras tanto, resulta necesario que cada uno de nosotros nos preocupemos por este tipo de control.