He estado la semana pasada visitando la feria de arte de Basell. Es la tercera vez que vamos en los últimos 4 años, y ya considero que puedo hacer una valoración de lo que he visto en relación al mundo del arte.
Lo que he visto este año es una significativa tendencia a la diversidad en un entorno, que aunque especial, no puede sustraerse, de lo que ocurre en el mundo. Por una parte un sector (probablemente cada vez más pequeño) de galerias y artistas que siguen viviendo en un mundo “ideal” en el que la crísis no impacta y en el otro lado una “democratización” del mundo artístico en general.
Este año, mientras que seguimos con los grandes artistas con precios que no sólo han descendido sino que se han mantenido o incluso crecido, era posible encontrar obras de artistas más o menos emergentes a unos precios mucho más razonables. Probablemente es hoy el momento de hacer alguna inversión en este tipo de artistas. El único problema es el de acertar. Por hablar de artistas españoles, de la misma forma que muchos acertaron cuando compraron obras de artistas como Barcelo, Plensa, Valdes hace algunos años, otros muchos se equivocaron con artistas que hoy siguen siendo totalmente desconocidos.
Por cierto visité también la exposición monográfica de Basquiat en la Fundación Beyeler. Lo que son las cosas y lo que es el proceso de aprendizaje y madurez en todos los entornos vitales y en el mundo del arte en particular. Con mis amigos recordábamos que hace 10 años vimos las primeras obras de este artista francés en el Reina Sofía y la impresión fué totalmente negativa.
Hoy sin embargo he podido captar la fuerza de un artista que aunque solo pudo trabajar 10 años dado que falleció a los 28, es ya una de las referencias del arte del siglo XX.
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