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Llevo escribiendo sobre empleabilidad en este blog desde su lanzamiento en 2008, aunque mi interés sobre este concepto se inicia en el año 2000.

Recuerdo que el año 2004 desarrollamos un cuestionario para medir la empleabilidad de un perfil profesional, cuestionario, que en estos momentos hemos adaptado y digitalizado en la solución ÍNDICE DE EMPLEABILIDAD y que próximamente, va a ser utilizado por alguno de los grandes actores en el ámbito del empleo y por algunas escuelas de negocios del país.

Existen muchas formas de definir este concepto. En uno de los post más leídos de este blog publicado en el año 2010 http://pauhortal.net/blog/que-es-la-empleabilidad/ lo definí como la capacidad de una persona de acceder a un puesto de trabajo, mantenerse en él y reorientarse profesionalmente en otro en el caso de pérdida del primero. Una definición que considero sigue siendo válida. 

Sin embargo recientemente he utilizado la siguiente:


Entendemos por empleabilidad a la competencia que faculta para diseñar, desarrollar y mantener la propia trayectoria profesional adaptándose a los cambios del entorno.


En esta línea y siguiendo esta visión como una competencia más, hoy quiero referirme a las que considero que son las claves que todo profesional debe de tomar en cuenta para mantener y desarrollarla. 

  • La primera: Disponer de un empleo no significa tener empleabilidad. Al contrario muchas veces determinadas condiciones laborales pueden incluso llegar a ser un “hándicap” para su desarrollo. No se trata de –tener la propiedad de un empleo- sino de aportar valor. No se desarrolla la propia empleabilidad si uno no obtiene resultados tangibles en la posición que se ocupa en cada momento.
  • La segunda: Empleabilidad exige adaptarse a la realidad del mercado de trabajo. Los mercados de trabajo son distintos en función de la zona o territorio en el que vivimos. Saber adaptarse a esta realidad e intentar adquirir las competencias requeridas en nuestro entorno son claves para mantener y desarrollarla salvo que estemos disponibles para movernos geográficamente.
  • La tercera: Mantener y desarrollar la propia empleabilidad es una responsabilidad que hoy recae en todos nosotros. Aunque podamos pedir apoyo a las organizaciones en las que estamos integrados. Por ello he señalado en repetidas ocasiones que si hoy ya nadie puede garantizarnos la seguridad en el empleo sí que podemos demandar ayuda para asegurar nuestra empleabilidad.
  • La cuarta: La empleabilidad exige que comprendamos que todos somos meros proveedores de servicios. Lo que nos convierte a todos en meros “emprendedores”. Lo que cuenta es nuestra capacidad para aportar valor a las organizaciones con las que estamos vinculados, sea cual sea la forma en que se produzca esta vinculación. Lo que va a ser valorado va a ser no quienes somos sino la vigencia y adecuación de nuestras competencias y habilidades.
  • La quinta y última: El grado o nivel de empleabilidad de un perfil se basa no tanto en las competencias como en las actitudes. Pasa por tener objetivos a medio y largo plazo, por la ambición profesional y por evitar el autoengaño. Exige un compromiso real con nosotros mismos, por crear una reputación/marca personal coherente y por saber establecer una red de confianza que actúe como nuestro referente en el mercado. Una red a la que nosotros también hemos de aportar valor.

Este pasado sábado se ha celebrado el Personal Branding Lab Day #marcapersonal con algunos contenidos de interés y accesible entre otros links en https://www.youtube.com/watch?v=pccTB6NRr8M. Empleabilidad y marca personal son como los dos cantos de la misma moneda. Me han parecido de interés alguna de las aportaciones y particularmente la realizada por Paula Fernandez-Ochoa en el sentido de definir a la Marca personal con los atributos de Autenticidad, Calidad, Constancia, Conectividad y Diferencia. Una persona empleable sería aquella que tiene estos atributos y además una actitud para el desarrollo permanente.

Creo que todos hemos de ser conscientes que la empleabilidad es hoy una responsabilidad individual que exige que seamos capaces de diseñar nuestro propio progreso profesional, en todo caso, aprovechando las oportunidades que se crucen en nuestro camino. Por ello la empleabilidad no es un concepto estático, es una cualidad cambiante, sujeta a los cambios que vivimos en nuestra propia vida, en la de las organizaciones y en la sociedad como consecuencia de las nuevas tendencias y transformaciones en las que estamos todos inmersos.