Aunque es posible que sea ya conocida por muchos de mis lectores sigue siendo una metáfora o historia que continuamente releo, que me hace pensar en el concepto de empleabilidad, y que me sigue pareciendo de máximo interés.
«Un experto en gestión de empresas quiso sorprender a los participantes de su conferencia. Sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó: – ¿Cuantas piedras piensan que caben en el frasco? Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco. Luego preguntó:- ¿Está lleno? Todo el mundo lo miró y asintió.
Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó. Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes. El experto sonrió con ironía y repitió:- ¿Está lleno? Esta vez los oyentes dudaron:- Tal vez no.- ¡Bien! Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava.- ¿Está bien lleno? preguntó de nuevo.- ¡No!, exclamaron los asistentes. Bien, dijo, y cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco. El frasco aún no rebosaba.-Bueno, ¿qué hemos demostrado?, preguntó. Un alumno respondió:
Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas.-¡No!, concluyó el experto: Lo que esta lección nos enseña es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después».
Dicho de otra manera primero hemos de prestar atención a las cosas realmente importantes…. luego ya llegarán los complementos. ¿Qué difícil resulta a menudo distinguir lo importante de lo que no lo es?
Para terminar la metáfora os invito a visualizar este vídeo. http://www.ted.com/talks/lang/es/tim_harford.html Impresionante.
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