No lo había hecho nunca a pesar de que recibo muchos comentarios a mis artículos a través de linkedin y twitter. Sin embargo siempre hay una primera vez en todo o en casi todo.
Hoy voy a dedicar el post de esta semana a comentar (valga la redundancia) el comentario de uno de mis lectores recibido a través de linkedin.
Hector Verdú me escribe en los términos siguientes: «Recuerdo que cuando íbamos a la escuela aprendimos que los recursos eran limitados, que si unos tenían mucho, otros tenían menos: suma 0. El interrogante era qué iba a pasar el día que los que tenían menos empezaran a crecer. Y esto es lo que ha pasado en los últimos 20 años: China, India, Brasil… y ahora viene África. Occidente optó por abusar del crédito, lo que se ha mostrado insostenible.
Estoy completamente de acuerdo en que hace falta un cambio de paradigma. Como apunta Pau, la responsabilización es una parte de la solución. Probablemente cuando aquellos que tienen más poder de decisión, los políticos y grandes poderes económicos, se responsabilicen podremos entrar en la segunda parte de la solución, la eficiencia y reorganización de los recursos. Pero soy escéptico al respecto. Me sorprende lo poco que se ha hecho en los últimos cinco años al respecto. Considero que existe margen de sobra para mantener y ampliar el Estado del Bienestar sin incrementar su coste».
Prosigue Hector afirmando que es necesario establecer un consenso sobre lo que debe formar parte del «ESTADO DE BIENESTAR» o lo que es accesorio o utilizando sus propias palabras «UN LUJO». Y por tanto «qué es lo que realmente esencial para garantizar la cohesión social». Estoy totalmente de acuerdo con él en el sentido de que esta respuesta no es fácil y que daría «para unos cuantos artículos» ya que según el enfoque político «el límite va a estar un un punto u otro» (los entrecomillados son evidentemente sacados de su comentario).
Prosigue con los argumentos siguientes: «En cualquier caso, la presente crisis sí ha traído consigo una revisión de los valores de austeridad, el sentido de la posesión y de lo que es esencial y lo que no. Y creo que en este punto todos nos hemos dado cuenta de que no necesitamos tanto y que hay infinitas alternativas para gozar de una vida de gran calidad con menor coste. Aunque esto también tiene un límite e implicaciones directas en el diseño del Estado del Bienestar y el modelo social a construir».
Ojalá nuestra clase política se dedicase a analizar a fondo esta problemática y no a complicarse la vida en cuestiones con mucho menor interés e impacto social. Necesitamos también aquí de un cambio de paradigma.
Muchas gracias Hector.
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