Como cada año desde el 2000 hemos visitado la feria Arco.
Evidentemente seguí con cierta atención los comentarios en la prensa sobre el conflicto entre Ifema, los organizadores de la feria y los galeristas. Finalmente visto desde fuera, y con la prespectiva de un aficionado común (no me atrevo a llamarme coleccionista, aunque ya tengo obra en el suelo pues no me cabe en las paredes) mi impresión ha sido lque las galerías han reducido el tamaño de sus obras ya que es evidente que se ha reducido sustancialmente la inversión de los clientes institucionales, ha habido mucha menos obra de artistas consagrados y por último se ha reducido tanto el volumen de fotografía como de obras llamemoslas “rompedoras”.
Por algunos comentarios de galeristas y por lo leido en la prensa parece que el nivel de ventas fué razonable. Sin embargo si estoy de acuerdo que probablemente a Arco le ha faltado, necesita tener cara al futuro, un motivo, una seña de identidad que no puede ser solamente el lugar de encuentro y de visita de los aficionados españoles en el arte contemporáneo.
Por cierto reconozco que este año no he comprado nada. Efectos de la crísis.
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