Acabo de leer en el blog de Virgili Delgado www.virgilidelgado.com un excelente post relacionado con el tema del talento. Hace algunas semanas yo mismo he escrito sobre este tema.
En mi post titulado “crisis, talento y herramientas de gestión” afirmaba lo siguiente: «Si realmente queremos salir reforzados de la crisis, mantener la validez de nuestra organización y ser capaces de hacer frente a los nuevos retos que nos depara el futuro necesitamos olvidarnos por un momento de los costes y reenfocar la mirada hacia los profesionales que disponemos en la compañía y emplearnos (nunca mejor dicho) en la forma más adecuada para utilizar al máximo su capacidad y talento».
Para ello deberíamos, en la medida de lo posible «revisar y adaptar nuestras políticas y prácticas de RRHH incidiendo en factores como: el clima interno minimizando el ruido que generan las reducciones de plantilla, el alineamiento de la estructura con los objetivos organizacionales, la detección, motivación y compensación de los más válidos, manejar la retribución como un elemento estratégico y por último desarrollar políticas de comunicación transparentes y adecuadas para la nueva situación reduciendo en la medida de lo posible las estructuras jerárquicas y favoreciendo la introducción de elementos cooperativos. Y para ello probablemente necesitamos instrumentos adecuados».
A partir de esta introducción voy a referirme a los argumentos que escribe Virgili de quien suscribo al cien por cien su visión y sus planteamientos. El afirma: “He llegado a la conclusión de que el talento está bien como está, tal y como lo empezó a definir David Ulrich y con los matices que le hemos podido ir agregando otros. Así que, el talento de una persona es el resultado de la combinación multiplicada de sus capacidades y de su compromiso».
Y prosigue: «Ahora bien, estoy convencido de la necesidad de relacionar talento y productividad, ya que hoy en día no es suficiente con identificar el talento, captarlo, recompensarlo, desarrollarlo y retenerlo. Hoy en día el talento tiene que ser, sobre todo, productivo. Y cuando relacionamos talento y productividad potencial de la persona, es cuando la eficacia de la tecnología disponible se incorpora a la fórmula……Y sigo reafirmándome en la convicción de que continuar haciendo recaer la responsabilidad de la productividad o de la competitividad de las organizaciones exclusivamente sobre el talento de las personas es injusto y erróneo desde el punto de vista de la estrategia».
Lo que Virgili propone es aplicar la formula siguiente:
Productividad del Talento = (Capacidad x Compromiso)Eficacia de la Tecnología
Para concluir con el mensaje de que la aceptación de esta formula es muy amplia por parte de todos los directivos que participan en los seminarios que imparte.
Aunque no resulta habitual en mi blog he querido hacer una excepción con el comentario de Virgili. Creo que colocar la tecnología en la ecuación del talento organizacional es un acierto total, aunque como siempre, hay que aclarar que tecnología no es cualquier instrumento que se fundamenta en un ordenador y que deberíamos de ser capaces de distinguir entre la buena y la mala tecnología.
Debemos ser capaz de integrar en nuestras organizaciones la tecnología que es capaz de aportar valor a nuestro trabajo, e impactar en la productividad.
Para ello resulta imprescindible acercar la tecnología al usuario final. Dejar que el control de la tecnología resida únicamente en el área de sistemas y en los centros de dirección será, esta es mi opinión, un mal negocio a medio largo plazo.
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